Netanyahu celebra que Trump se una a la ofensiva sobre Irán: “Primero viene la fuerza, luego viene la paz”

21 Jun. 2025 10:40 pm
Teherán asegura que Estados Unidos es ahora también su objetivo y las autoridades israelíes advierten a la población de que limiten sus actividades a lo esencial
Luis de Vega | “Primero viene la fuerza, luego viene la paz”. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha resumido con esa frase los derroteros que ha tomado la guerra en Oriente Próximo poco después de que Estados Unidos haya bombardeado Irán. Esta es la crónica de un ataque anunciado. En Israel se daba por hecho que Washington se iba a unir a la ofensiva sobre Irán desatada el pasado 13 de junio. La incógnita que quedaba por despejar era solo el cuándo.
El ejército israelí ya ha pedido a la población, que vive desde hace diez días en estado de alerta y con el país a medio gas, que limite su actividad únicamente a las esenciales. Dan a entender que la República Islámica puede intensificar el lanzamiento de proyectiles en las próximas horas. Las bombas estadounidenses han empezado a caer sobre territorio iraní 24 horas después de la última oleada de misiles del régimen sobre Israel. Arranca el domingo en el Estado judío, primer día de la semana, y, de momento, no han saltado las alarmas que avisen de un nuevo ataque.
El primer ministro Netanyahu ha comenzado un mensaje de vídeo grabado felicitando a su par, Donald Trump, por “su audaz decisión de atacar las instalaciones nucleares de Irán”. Es algo, añade el mandatario, que “cambiará la historia”. Manteniendo su retórica bélica asentada en que Irán es el enemigo número uno, ha agregado que “la historia registrará que el presidente Trump actuó para negar el régimen más peligroso del mundo, el arma más peligrosa del mundo”.
En una nueva señal que indica que todo lo que está –y estaba– ocurriendo en la presente escalada estaba siendo coordinado entre ambos socios, Netanyahu y Trump conversaron instantes antes de que EE UU lanzara sus ataques. “El presidente Trump y yo solemos decir: ‘la paz se logra con la fuerza’. Primero viene la fuerza, luego la paz. Y esta noche, el presidente Trump y Estados Unidos actuaron con mucha fuerza”, ha añadido el mandatario israelí al tiempo que da las gracias a Trump y felicita a Estados Unidos y su alianza con Israel. “Trump ha escrito su nombre con letras de oro en los libros de historia”, ha llegado a decir el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar.
El régimen iraní ya ha anunciado a través de sus medios oficiales que los ciudadanos estadounidenses y sus intereses en la región pasan desde ahora a ser también objetivo de la respuesta del régimen. Era algo que ya habían dado a entender en los últimos días en medio de la ambigüedad de las palabras del presidente Donald Trump sobre si su país atacaría o no. Queda por ver si Teherán pasa de las palabras a los hechos y con qué contundencia, pues no es lo mismo hacer frente únicamente a Israel que hacerlo también a la primera potencia mundial.
“No hay peligro para la población de Qom ni sus alrededores”, han advertido las autoridades de esta provincia donde se encuentra Fordow, uno de los tres objetivos del programa nuclear iraní golpeado por EE UU, según un comunicado de la agencia Irna recogido por Al Jazeera.
Los primeros aliados de Teherán en reaccionar al ataque han sido los hutíes desde Yemen y Hamás desde Gaza. “Washington debe asumir las consecuencias”, señala en un comunicado la guerrilla yemení, informa la cadena catarí Al Jazeera. Los hutíes controlan parte importante del territorio yemení y que sistemáticamente amenaza, asalta y ataca barcos que cruzan el canal de Suez.
El Movimiento de Resistencia Islámico (como se conoce a Hamás), por su parte, califica en un comunicado el nuevo paso dado por Washington de “flagrante agresión estadounidense contra el territorio y la soberanía” iraní de la que también responsabilizan a Israel al tiempo que confían en la capacidad del régimen de los ayatolás para defenderse.
Aunque el orgullo israelí impedía reclamar públicamente ayuda a su principal aliado y el Estado judío había insistido en que se bastaba solo, era fruta madura que estaba a punto de caer, como así ha sido. Se cumplían 24 horas de la última oleada de misiles lanzados por el régimen de los ayatolás sobre diferentes regiones israelíes cuando los aviones estadounidenses han comenzado a dejar caer su armamento sobre instalaciones nucleares de la República Islámica. El Estado judío ha avisado de que se enfrentan a la campaña más compleja de sus historia, según ha reconocido este fin de semana el jefe de las Fuerzas Armadas, Eyal Zamir.
En todo caso, los analistas de la Prensa israelí dan por hecho que la incorporación de Washington a la ofensiva servirá para avanzar más rápido en el cumplimiento de los dos pilares fundamentales de la ofensiva, como ha recordado Netanyahu: acabar con el programa nuclear y con la fabricación de misiles que suponen una amenaza directa para Israel.