Indígenas tzotziles realizan peregrinación “Por la vida y la paz” en Chalchihuitán, Chiapas
20 Abr. 2024 8:24 pm
REDACCIÓN
REPORTE MAYA
TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIS | Católicos tzotziles del municipio de Chalchihuitán peregrinaron este sábado para exigir el cierre de cantinas y que las votaciones del 2 de junio se realicen pacíficamente, sin armas ni violencia.
La peregrinación “Por la vida y la paz” reunió a más de mil creyentes con sus demandas de orden y seguridad ante ” las amenazas y rumores de que se están armando los grupos políticos” en la ruta hacia las urnas, advirtió el párroco local José Elías Hernández.
Los manifestantes pidieron que en Chalchihuitán, ubicado en la región Altos de Chiapas, se establezca una ley seca permanente que contribuya a restituir la tranquilidad comunitaria.
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El sacerdote Hernández afirmó que “peregrinaron” en las calles principales del pueblo. “Pasamos frente a las cantinas, pedimos a los dueños que se percaten del daño que causan al vender bebidas embriagantes”.
“Las mujeres dicen que en los establecimientos clandestinos se venden drogas. Ésa es la razón por la que se solicita la intervención de la Secretaría de Salud”.
Agregó el religioso que una comisión de 20 mujeres entregó a las 7 de la mañana de este sábado a la presidencia municipal un documento con sus demandas.
El consumo excesivo de alcohol deriva en dolor y llanto de las familias. Esos excesos afectan sobre todo a las mujeres. “Ésa es la razón del llamado, del ya basta a tantas cantinas en Chalchihuitán” que está catalogado como uno de los municipios indígenas mas pobres de Chiapas.
Añadió José Elías Hernández que en el actual período de campañas electorales la exigencia es que se garanticen comicios pacíficos en la cita con las urnas
“Que las votaciones sean en paz, sin armas ni violencia; que el voto sea libre y secreto”
Asimismo, “ante amenazas y rumores de que ciertos grupos políticos se arman, la petición es por la paz, que sean votaciones en paz, con mucha tranquilidad y libertad”, manifestó el párroco.
En diciembre pasado, la población había contabilizado 50 cantinas, expendios clandestinos y otros en la cabecera, comunidades, cruceros y caminos, incluidos tres próximos a escuelas. EL UNIVERSAL
