Quintana Roo

Imparables las extorsiones y desalojos de la Conanp y la Guardia Nacional en el Parque del Jaguar

TULUM | El pasado 11 de junio el presidente Andrés Manuel López Obrador presumía: “Ahora se recuperaron muchas playas públicas; en Tulum, la gente no podía disfrutar de las playas, con El Parque del Jaguar, ya es posible que la gente acceda a ellas…Esta recuperación permite a los mexicanos disfrutar de playas públicas a pesar de los intentos previos de privatización”, sin embargo lo dicho del Presidente distan mucho de la realidad; antes había acceso libre a todas la playas, se podía caminar libremente por toda la zona costera con excepción de la zona arqueológica, sin embargo con las prohibiciones interpuestas por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) a través de cobros excesivos; expropiación de propiedades vendidas por el propio gobierno federal y que este martes se concretó una más; el acoso y amenazas de clausuras a los hoteleros y la venta protegida de drogas por parte de la Guardia Nacional concesionada por el Cártel de Caborca son los nuevos males de esta ‘área natural protegida’ que presume López Obrador.

Nuevamente hoteleros, propietarios y artesanos dentro del polígono Parque del Jaguar, este martes levantaron la voz contra tanto impunidad ante las extorsiones y acosos por Fernando Alonso Orozco Ojeda, titular de la Conanp y que depende de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), al concretarse operativos y desalojos en el área que ya afectan a los turistas nacionales e internacionales que acuden a la zona arqueológica ya que los tiempos de espera son excesivos como lo denunció Pedro Canul Méndez quien funge como administrador del Centro Artesanal Tulum.

Los denunciantes aseguran que ahora existen ‘cateos’ y revisiones excesivas contra propietarios y visitantes por parte de la Guardia Nacional que ‘cumple órdenes’ de la Conanp y una de ellas es la restricción del acceso a plásticos y bebidas alcohólicas dentro del parque, que ciertamente tiene como objetivo la protección del entorno natural, pero genera protestas e incomodidad entre los turistas que llevar consigo estos productos durante su visita.

En este aspecto los hoteleros están siendo restringidos con la venta de bebidas hacia la zona de playas, pero la finalidad es la extorsión, las cuotas o ‘derecho de piso’ que la Guardia Nacional les cobra para poder expender bebidas y comidas a los visitantes.

El acceso a la zona arqueológica del Parque del Jaguar es tedioso pues la espera para ingresar después de los cateos es aproximadamente de dos horas, muchos visitantes optan por retirarse a otras playas o centro turísticas no sin antes exigir el reembolsos por el estacionamiento debido a las demoras en el acceso.

Ahora el negocio es la venta de termos a los turistas para poder cumplir con las nuevas regulaciones impuestas por la Conanp y Orozco Ojeda, quienes a través de la Guardia Nacional ahora quieren cobrarle a los expendedores de refrescos y aguas una comisión por la venta de los termos, aunque usted no lo crea.

Versiones de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), aseguran que el Parque Jaguar se encuentra al 92% de su construcción y donde se han invertido más de 2 mil 500 millones de pesos.

Como lo denunció oportunamente Cambio 22 que en esta nueva reserva se esta traficando con todo tipo droga y se cometen arbitrariedades y extorsiones; a la Sedatu, la Sedena y la Semarnat no les quedó más que aceptar que lo publicado en Cambio 22 hace 15 días de que la edificación del Hotel dentro del complejo no contaba después de un año de obras con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), era cierto por lo que el día 13 de junio fue expedida la MIA para el hotel que lleva un 70 % de avance; se construye en la entrada de Tulum, ubicado a 1.8 kilómetros al norte de la intersección entre avenida Tulum y Ruinas de Tamul, donde existió un aeródromo y ahora forma parte del Parque del Jaguar que desde el 27 de junio de 2022 fue declarada como Área Natural Protegida (ANP) con categoría de Área de Protección de Flora y Fauna, por eso las arbitrariedades, invasiones y expropiaciones contra los antiguos propietarios.

En este proyecto la Sedena tiene contemplado invertir un total de 684 millones 900 mil pesos, incluye albercas, asoleaderos, un bar, cafetería, estacionamientos, vialidades, una planta de tratamiento de aguas residuales, spa, palafitos, andadores, estacionamiento, así como un destacamento de la Guardia Nacional.

La MIA presentada por la Sedena indica que, al encontrarse el predio del proyecto dentro de la superficie que abarca el área natural protegida de competencia federal denominada Área de Protección de Flora y Fauna Jaguar , se debe de priorizar los criterios y ordenamientos contenidos en el Decreto y Programa de manejo de dicha área, “en virtud de que resulta el instrumento normativo ambiental ideal para regular las actividades, usos de suelo, realización de infraestructura, entre otras, que se pretenden llevar a cabo dentro de la superficie del área natural protegida en cuestión”.

Y agrega: “Por lo anterior, el instrumento legal idóneo para regularizar el sitio del proyecto resulta ser el Decreto y el Programa de Manejo del Área de Protección de Flora y Fauna Jaguar.

Como se analizó anteriormente el proyecto resulta compatible con las actividades permitidas del Área de Protección de Flora y Fauna Jaguar, indicadas en la Subzona de Uso Público con infraestructura y senderos, al ajustarse a la construcción de obra pública y mantenimiento de infraestructura, únicamente para apoyo al turismo de bajo impacto ambiental y a la operación del ANP”, justifica.

En este tema hay que recordar que Orozco Ojeda fue destituido en 2020 por corrupción cuando fungió como director del Parque Tulum, pero el poder de su padrino Alfredo Arellano quien fue titular de la Conanp y quien lo impuso lo regresó a las andadas, repitiendo las mañas, extorsionando lo mismo a hoteleros, propietarios y turistas a quienes ahora impusieron una cuota de cuatro dólares para ingresar a la costera que no incluye el pago para la zona arqueológica.

Los empresarios y propietarios del Parque Nacional de Tulum afirman que la actuación del funcionario es completamente ilegal, pues hasta ahora no existe el Plan de Manejo de ese parque, a pesar de que la Semarnat debía tenerlo listo desde hace casi 40 años, cuando se emitió el decreto para elevar esa zona a rango de Área Natural Protegida.

Por otra parte también se denunció que Guardia Nacional encargada de custodiar el Parque Jaguar sucumbió a los sobornos del Cártel de Caborca y estaría colaborando en la distribución y venta de estupefacientes en el circuito de la Zona Arqueológica, las playas de la Costera y en los antros ubicados sobre la avenida Cobá que inicia en la Carretera 307 y termina en la entrada de dicho parque, esto, según versiones de habitantes y empresarios que viven en carne propia la extorsión de dicho cuerpo policiaco.

En contexto biólogos y defensores del medio ambiente afirman que el gobierno sostiene la necesidad de abrir el parque para preservar al felino y “detener el crecimiento urbano desmedido de Tulum”, pero en los hechos se está impulsando un nuevo proyecto al servicio del turismo masivo en un territorio ya saturado: “Me parece un parque que sirve para la recreación, para el turismo, y del jaguar sólo tiene el nombre”, dijo a medios Raúl Padilla Borja del Jaguar Wildlife Center.

“Ojalá que el decreto de creación del área natural protegida funcione para frenar el crecimiento urbano desmedido de Tulum y para conservar su vegetación. Sin embargo, un espacio tan chiquito no sirve para la conservación del jaguar como especie, pues los grandes carnívoros requieren de grandes territorios: necesitan moverse para encontrar una pareja que les permita un intercambio genético, para que el futuro de su especie siga siendo próspero”.

El Parque del Jaguar se está construyendo en una superficie de 2 mil 249 hectáreas a pesar de que, al momento de anunciar su creación en enero de 2022, el gobierno habló de más de 250 mil hectáreas. La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del parque afirma que el proyecto tiene el doble objetivo de proteger el felino y desarrollar el turismo, pero de acuerdo con el presidente del Jaguar Wildlife Center, los propósitos no son compatibles.

“No se puede preservar al jaguar en un lugar con tanta actividad humana, con tanto ruido, con instalaciones e inmuebles que fragmentan el espacio y arrinconan al felino”, dice Raúl Padilla Borja.

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