En Quintana Roo pese a los huracanes y sus daños no existe la cultura de seguros catastróficos
29 Sep. 2024 6:52 pm
CANCÚN.- Con el paso del huracán Helene por costas de Quintana Roo se revivió el tema de los seguros catastróficos y de bienes inmuebles, ya que no existe la cultura del seguro para este tipo de contingencias, sobre todo en el ámbito popular; en contraste los seguros para hoteles suelen ser muy costosos para los propietarios y demasiado riegos para las aseguradoras como sucedió con el ciclón Otis que se ubicó como el segundo más catastrófico en el país, superando a Odile, cuyo impacto alcanzó los 1,745 millones de dólares, pero por debajo de Wilma con 2,714 millones de dólares, que es el segundo más caro.
En el caso de Quintana Roo, siete de cada 10 casas y autos de Quintana Roo no cuentan con seguros ante los daños materiales y económicos que pueda causar, según datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) quien refiere que apenas 31% de las viviendas del estado cuentan con la protección financiera de una póliza, que permita a los dueños y sus familias enfrentar la destrucción que cause dicho meteoro: “En Quintana Roo, de las cerca de 575 mil viviendas que reporta el Inegi, poco más de 180 mil tienen seguro (31%)”, mientras que 395 mil casas carecen de una póliza que ampare y ayude a costear los desperfectos o siniestros relacionados con el paso de un huracán”, dijo la agrupación.
La AMIS también reporta que 77 de cada 100 autos de Quintana Roo circulan sin la protección de un póliza o cobertura contra las afectaciones causadas por fenómenos hidrometeorológicos, como el huracán Beryl. De acuerdo con cifras del Inegi, el parque vehicular del estado está compuesto por 988 mil automóviles, de los cuales solo 23% cuenta con una seguro, que les permita enfrentar daños por lluvias, inundaciones, granizo y afectaciones derivadas del paso del huracán.
El pasado mes de julio, el gobierno de Quintana Roo solicitó a una compañía aseguradora una indemnización por los daños ocasionados por el huracán Beryl por un total de 8 millones de pesos mexicanos, según informó el secretario de Ecología y Medio Ambiente (SEMA) de Quintana Roo, Óscar Rébora, quien detalló habían iniciado los trámites para el cobro, pues el estado de Quintana Roo se encuentra en disposición de solicitar dicha indemnización debido a que los vientos del huracán Beryl superaron las 110 millas o 117 kilómetros por hora, lo cual está cubierto por el seguro contratado de la compañía Grupo Mexicano de Seguros: “Es un recurso de aproximadamente 8 millones de pesos que será pagado a la Secretaría de Finanzas y Planeación, y desde ahí se determinará su uso, que puede ser para la reparación de muelles, playas o arrecifes dañados”, ha especificado el funcionario en una entrevista a medios locales.
“Los manglares se convierten en refugio para pequeñas embarcaciones turísticas ante el huracán Beryl
Y es que el paso del huracán dejó importantes daños en algunos arrecifes de la zona, que son, además de un gran atractivo turístico, esenciales para la protección de las playas precisamente durante las tormentas u otros fenómenos meteorológicos”, subrayó.
La AMIS estimó que el costo del huracán Otis alcanzó los 1,745 millones de dólares con el 90% de los incidentes contabilizados, posicionándose como el tercer siniestro más caro de la historia y el segundo entre los ciclones devastadores, aseveró en conferencia de prensa, la directora del organismo, Norma Alicia Rosas, sin embargo, dijo que Otis está lejos de la pandemia por Covid-19 que representó 3,473 millones de dólares en pagos de las aseguradoras.
De acuerdo los datos más actuales de la AMIS, Otis se ubica como el segundo huracán más catastrófico en el país, superando a Odile, cuyo impacto alcanzó los 1,745 millones de dólares, pero por debajo de Wilma con 2,714 millones de dólares, que es el segundo más caro.
La directora de AMIS dijo que difícilmente el huracán Otis superará en impacto económico a Wilma, ya que si bien falta la valuación de infraestructura asegurada, la diferencia entre ambos eventos aún es significativa. La directora de la AMIS dijo que después del siniestro en Acapulco, sí se está generando un poco más de conciencia en asegurar bienes, el zonas como la Ciudad de México, ante la frecuencia de sismos.
Por otra parte también vale contextualizar que el bono y seguro catastróficos, que desde años atrás ha venido contratando el gobierno, son insuficientes para atender los desastres naturales que puedan suceder en el país, tal como lo fue el huracán Otis, en Guerrero.
En un análisis, la organización civil México Evalúa indicó que estos dos instrumentos no compensan la desaparición del Fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), sino que más bien complementaban esos recursos. Hoy en día, ya sólo existe el Fonden como un programa presupuestal a través del Ramo 23.
“El nuevo mecanismo no es un sustituto del Fonden, el cual era un fideicomiso que, al permitir el ahorro, garantizaba que el gobierno contara sí o sí con recursos para apoyar a los estados a atender emergencias por desastres. Ahora no hay mecanismo de ahorro, la disponibilidad de recursos dependerá de que el programa presupuestario para ese fin tenga presupuesto disponible ese año”, explicó la organización.
Ante el daño de Otis, la Secretaría de Hacienda activó el Bono Catastrófico, el cual es hasta por 485 millones de dólares; sin embargo, este monto no es exclusivo de huracanes y tiene ciertas condiciones, recordó México Evalúa.
“Contar con bonos catastróficos no garantiza que todos los desastres naturales vayan a estar cubiertos. Como todo seguro, es un instrumento donde las empresas que proveen la cobertura apuestan a que no se cumplirán las características mínimas para reembolsar los daños. En el caso del bono catastrófico que tiene México, sólo cubre contra daños de terremotos y huracanes, de cierta magnitud y en ciertas zonas del país”, explicó la organización.
La AMIS también ha dicho que cuatro de los 10 siniestros catastróficos más costosos en la historia corresponden a huracanes y los 4 huracanes más caros en la historia son Wilma, ocurrido en 2005; Odile, ocurrido en 2014. El tercer evento más caro fue el huracán Gilberto, en 1998, e Isidore, que costó 474 millones de dólares.
Ante los últimos huracanes y ciclones que han impactado severamente las costas del Pacífico y del Atlántico, Eduardo Vargas, presidente de la Asociación Mexicana de Ajustadores de México (AMASAC) aseguró que desde la desaparición del Fonden los seguros catastróficos son insuficientes y destacó que tanto el gobierno federal, como los estatales, tienen el trabajo de proteger a la población más vulnerable y expuesta del país.
“El seguro catastrófico a nivel federal no existe, o existe en algunos estados que se han preocupado por ello, y el gobierno retiró ciertos seguros que protegían a la población que no tiene alcance para pagar una póliza”, aseveró.
Debería haber un seguro público sin costo para la población más vulnerable del país, la cual equivale al 70 por ciento, sugirió Vargas.
Asimismo, resaltó que actualmente México no tiene los recursos para enfrentarse a un evento catastrófico y tiene que tomar cartas en el asunto lo más pronto posible. “México está descubierto y es algo muy grave”.
Agregó que a demás de la crisis que se vive a nivel nacional, tanto la compra como la paga de seguros esta a la baja, ya que muchos mexicanos no acostumbran a comprar seguros y el el caso del sector turístico, cuando atraviesa por un fenómeno meteorológico, los pagos se eleven en consideración: “Para 2030 se espera tener 1.5 desastres por día, todas las agendas de desarrollo sostenible van ligadas y los seguros son la herramienta para la prevención, pero también para tener una rápida recuperación ante esta nueva realidad que vamos a enfrentar”, subrayó la directiva.
En ese sentido, las aseguradoras no solo fomentan la economía, sino que también, se han convertido en las principales calificadoras de la viabilidad de proyectos, al ser ellas las que precisamente definen si dicho proyecto se puede asegurar o no, con base en la evaluación de los riesgos. “Incentivan que los desarrollos e inversiones en México no sean en zonas de riesgo”.
Por otro lado, Elisabeth Vogt, presidenta de la Confederación Panamericana de Productos de Seguros (COPAPROSE) acotó que actualmente el sector asegurador tiene el reto de impulsar a los seguros paramétricos, así como mejorar la oferta de productos y trabajar en nuevas coberturas. “Necesitamos apoyo de los gobiernos para lograrlo”, acentuó.
En las últimas 48 horas, Quintana Roo vivió los embates del huracán Helene y su paso fue considerado como ‘saldo blanco’ por el sector hotelero, según informó Jesús Almaguer, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres: “Lo más importante es que hubo saldo blanco, los hoteles sin ningún problema significativo, trabajando normalmente, el aeropuerto siempre estuvo abierto, hubo aerolíneas que cancelaron vuelos, pero todo eso tiene un protocolo; lo importante es que estamos bien, en situación normal y tenemos que difundir que el estatus del destino es apropiado y mejor que nunca”.
Por su parte, la gobernadora Mara Lezama confirmó que desde este mismo jueves 26 de septiembre se reanudaron las clases en Othón P. Blanco, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto, Tulum, Solidaridad, Cozumel y Puerto Morelos; pero siguieron suspendidas sólo por hoy en Lázaro Cárdenas, Isla Mujeres y Benito Juárez.
Asimismo, anunció que tras el paso de Helene se tuvo saldo blanco y se reanudan todas las actividades productivas, aun cuando se sigan atendiendo algunas contingencias en diversas zonas de Benito Juárez y otros municipios con afectaciones, como en Holbox, de Lázaro Cárdenas.
Informó además que a las 21 horas del miércoles 25 de septiembre la Comisión Federal de Electricidad había restablecido el 94% del servicio de energía eléctrica, pero que acompañaría a las brigadas para atender el restante 6% hasta que todas y todos tuvieran el servicio, principalmente en la ciudad de Cancún, donde se registraron las mayores afectaciones con más de 240 milímetros de agua.
La gobernadora anunció el retiro de la Ley Seca; la reanudación de actividades en bancos, así como el arribo de cruceros a Cozumel y Mahahual, lo mismo que las corridas del Tren Maya y los cruces marítimos Cozumel, Isla Mujeres y Holbox.
Por último, mencionó que los más de 267,000 turistas que están en Quintana Roo siguen disfrutando de sus vacaciones, pues no se tuvo afectaciones en las playas, ni la zona hotelera no sufrió daños.