El Tren Maya, la fragmentación de su hábitat y la caza furtiva atentan contra el jaguar en la península yucateca
2 Dic. 2024 6:55 am
REDACCIÓN
REPORTE MAYA
CANCÚN | Al Tren Maya se le atribuyen la muerte de al menos 8 jaguares al intentar cruzar carreteras cercanas a las obras del tendido de vía en la península yucateca, Jaguar Wildlife Center, contabiliza 15 felinos hembras y machos de 2018 al 2024 que fueron atropellados en su intento por cruzar al otro lado de la selva, principalmente en la carretera 307 que corre de Mérida a Chetumal; a esto hay que sumarle la fragmentación de su hábitat, la casa furtiva y el contrato de la Defensa para ‘eliminarlos’ al considerarlos ‘fauna’ nociva que atentan contra el desempeño de la obra ferroviaria.
Hay reportes periodísticos que documentan vía transparencia que la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA) asegura que los animales atropellados por la obra del Tren Maya solo han sido perros, borregos, cabras y vacas, sin embargo activistas y protectores ambientales han documentado las muertes en carretera de jaguares y ocelotes en los tramos pertenecientes a la construcción ferroviaria del Tren Maya desde septiembre de 2022, solo un mes después de que el proyecto cumbre de Andrés Manuel López Obrador iniciara labores de construcción; la SEDENA recalcó que los atropellamientos directos que han ocurrido en la estructura ferroviaria. Es decir, solo se cuentan los animales atropellados por el Tren Maya desde que comenzó a operar con viajes el 15 de diciembre de 2023.
En total, la secretaría da cuenta de los siguientes animales: 12 ovinos, cuatro bovinos, dos caninos; la relación de la SEDENA no incluye ni un solo jaguar u ocelote, como han denunciado diversas organizaciones ambientales y activistas de la península de Yucatán.
Detalles que voilvieron a colocarse en el debate el pasado 29 de noviembre con motivo de la conmemoración del “Día del Jaguar” el mítico animal que los mayas nombraban ‘Balam’ que por su belleza ha sido admirada y venerada desde los más remotos tiempos. Ancestrales gobernantes tomaron su nombre; los guerreros luchaban inspirados por su fiereza; muchos lugares se nombraron en su honor.
Los expertos en su especie aseguran que es una criatura sigilosa y solitaria, que pertenece a la noche donde la libertad es el sello de su existencia. El Jaguar recorre largas distancias dentro de su hábitat en busca de nuevas presas y potenciales parejas para su apareamiento.
Se asegura que “Balam y el agua son una dualidad inseparable” y que por ello se le ha visto vivir por igual en las cavernas están debajo del suelo de la península de Yucatán, en los cenotes que funcionan como reservorios de agua, refugios para el calor del día, lugares que facilitan sus encuentros amorosos y el alumbramiento de las nuevas crías. Este félido que ha sido considerado como el rey de la selva, hoy ve su existencia amenazada, refieren los estudiosos.
En el caso de la península se asegura que la reducción de sus espacios ha condenado su propia independencia. Sus recorridos, necesarios para asegurar la sobrevivencia de su especie, han sido cada vez más restringidos por enormes máquinas y bulldozers que pueden arrancar hectáreas enteras de árboles en un solo día. Su selva se ha fragmentado como nunca antes por el crecimiento de las ciudades, las carreteras, la construcción de grandes hoteles y centros turísticos, así como inmensas extensiones de selva quemadas intencionalmente para sembrar campos de monocultivos industriales.
Además que sus cuevas están siendo envenenadas con agrotóxicos y combustible, taladradas para abrir paso a un tren con el que se piensa inundar de turistas toda la región. En su búsqueda de refugio y alimento, en numerosas ocasiones se ha avistado a miembros de esta familia Balam desplazados de su propio reino, hurgando en basureros de zonas que ahora son urbanas, atropellados en carreteras por coches que circulan a toda velocidad, imposibilitados de atravesar una brecha de más de mil kilómetros hecha para “conectar” humanos pero que ha desconectado su entorno natural y con ello sus posibilidades de reproducción. En fechas recientes se ha documentado en redes sociales y medios locales más de 6 avistamientos de jaguares en la zona conurbada de Cancún, Playa del Carmen y Tulum.
Este 29 noviembre también se recordó que el jaguar, felino originario de América, ha sido una fuente constante de inspiración y reverencia en la cosmovisión maya durante milenios. Desde los relatos ancestrales hasta las celebraciones modernas, su figura resalta por su conexión con la protección tanto del patrimonio cultural como de la biodiversidad, se dice que este imponente animal no sólo representa fuerza y poder, sino que también tiene un papel crucial en los mitos y rituales de esta civilización milenaria, siendo un símbolo espiritual y de autoridad dentro de su cosmovisión y fue ocasión para profundizar en su influencia en las tradiciones culturales mayas, así como para reconocer su vital rol en los ecosistemas naturales y fomentar su conservación y protección.
En la vasta región de Mesoamérica, y especialmente en el área maya, el jaguar ha sido una figura central en la cosmovisión de las culturas prehispánicas, de acuerdo con el artículo El jaguar entre los mayas, entidad oscura y ambivalente de la revista Arqueología mexicana del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“Dentro de la visión general que los grupos mesoamericanos tienen sobre la bipolaridad del cosmos, le corresponde originalmente, por sus hábitos, el mundo de abajo, el femenino, el reino de la oscuridad y de la noche. Este animal guarda un estrecho vínculo con las deidades asociadas al inframundo y con las diversas puertas de entrada a este sector del universo”, menciona la publicación.
Aunque no se le considera una deidad, es portador de energías sagradas y simboliza el poder que reside en el corazón de la Tierra. Las selvas, pantanos y montañas, lugares considerados sagrados, son el hábitat natural de este animal salvaje.
En la iconografía maya, estas montañas a menudo se representan como la cara del felino, con las fauces abiertas, simbolizando la entrada al inframundo. Esta representación se refleja en el dicho popular “cada cerro tiene su propio tigre”, que persiste en algunas regiones.
El calendario ritual maya, el tzolkín, también refleja la influencia de este felino. Durante los días regidos por este animal, las actividades de la comunidad se detenían debido a la percepción de que sus poderes eran negativos para cualquier acción en los espacios socializados. El día akbal, que significa “noche” y “oscuridad”, y el mes que simboliza el cielo negro, están estrechamente vinculados al este animal.
En el arte maya, esta fiera se asocia con el Sol nocturno. Las representaciones plásticas a menudo muestran al felino con rasgos solares, como orejas o manchas, reflejando su dominio sobre el cielo nocturno. Esta conexión se extiende a los mitos sobre el origen y las características del Sol y la Luna, donde el jaguar juega un papel crucial.
A pesar de ser uno de los animales más emblemáticos de la región, el jaguar enfrenta múltiples amenazas, como la deforestación, la pérdida y fragmentación de su hábitat, la caza furtiva y los atropellamientos, de acuerdo con Unam Global de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Habitar en 18 países desde México hasta Argentina le otorga al jaguar un papel vital como especie “indicadora” de la salud ambiental. Su presencia garantiza la protección indirecta de numerosas otras especies de flora y fauna, contribuyendo así al bienestar de millones de personas que coexisten en su entorno”, menciona la publicación.
Catalogado como “Casi Amenazado” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), su presencia es vital para el bienestar de los ecosistemas tropicales y la humanidad.
Su capacidad para cazar diversas especies, desde venados hasta pequeños mamíferos como armadillos, es fundamental para evitar la sobrepoblación de estas especies y el desequilibrio ecológico.
El jaguar es una especie clave, pues al estar en la cima de la cadena alimentaria tiene una función crucial en el funcionamiento de ecosistemas de alta integridad, regulando procesos que sustentan la biodiversidad; además, es una especie sombrilla, lo que significa que a través de su conservación también se conservan grandes extensiones de hábitat y muchas otras especies con las que cohabita.
Este grandioso mamífero es portador de una invaluable importancia ambiental, cultural y espiritual en diversos territorios, desde México y hasta el norte de Argentina, así como para comunidades locales y pueblos indígenas que coexisten con él y cuyo bienestar se encuentra estrechamente entrelazado.
Se estima que el jaguar ha perdido más del 50 % de su rango histórico, provocado principalmente por el cambio de uso de suelo y la deforestación, los cuales son impulsados por patrones de producción y consumo insostenibles; algunos ejemplos son la expansión de la frontera agrícola, el desarrollo urbano, el desarrollo de infraestructura sin visión ambiental, y la minería.
Otros factores que amenazan al felino son el conflicto humano-vida silvestre, el tráfico de sus partes y la disminución de sus presas.
En este poco alentador contexto, resulta fundamental que todos los sectores de la sociedad asuman compromisos concretos en torno a la conservación de los hábitats del jaguar, bosques tropicales y templados, donde se reconoce su mayor presencia, pero no se quedan fuera los pastizales, humedales, cuerpos de agua, entre otros ecosistemas de gran relevancia.
Esto no solo garantizará la continuidad de una especie impresionante, sino el correcto funcionamiento de los paisajes en los que habita, los cuales proveen de servicios ecosistémicos que sustentan los medios de vida y el bienestar de millones de personas.
Para conmemorar su día, WWF ha publicado un estudio para conectar puntos, que nos ofrece una estimación del valor de los servicios ecosistémicos provenientes de los hábitats del jaguar, así como una evaluación de las tendencias económicas y de conservación del medio ambiente en 15 paisajes prioritarios para el jaguar.
Los resultados son apremiantes y dan cuenta de la importancia de invertir en la conservación y manejo sustentable de los ecosistemas donde habita el jaguar. Los paisajes prioritarios de WWF incluyen 14 países de América Latina y en ellos habitan aproximadamente 62 millones de personas. El valor económico, de los servicios ecosistémicos en los bosques en paisajes prioritarios del jaguar generan un valor de entre 1.5 y 4 billones de dólares anuales, siendo los servicios de regulación, seguidos de los de aprovisionamiento y culturales los principales generadores de este valor.
Específicamente para los servicios de regulación, como la prevención de la erosión o la regulación climática, se concluyó que aportan entre 1.1 y 2.8 billones de dólares al año, mientras que los servicios culturales y de aprovisionamiento, como el agua, alimentos y materias primas, oscilan entre 0.3 y 1.1 billones de dólares.
En contraste, el estudio muestra que la producción económica actual de las actividades humanas en estos paisajes corresponde a 708.3 mil millones de dólares, esta cifra da cuenta principalmente del sector de servicios, que abarca el comercio, transporte, educación, banca y otras actividades financieras.
Lo que indica que los servicios ecosistémicos antes mencionados superan entre 1.6 y 4 veces más el total de la producción económica de la región.
América Latina requiere que se reconozca a las especies silvestres como una fuente de ingresos y recursos para cientos de millones de personas, sin las cuales no sería posible la vida, así como de medidas contundentes para detener y revertir la pérdida de biodiversidad.
Para asegurar la conservación del jaguar y sus hábitats, los gobiernos deben garantizar la conservación y manejo efectivo de áreas protegidas y conservadas, implementar políticas de planificación de uso de la tierra y alinear políticas e incentivos a través de la integración de la biodiversidad en todos los sectores.
El sector financiero debe integrar riesgos relacionados con la biodiversidad en sus inversiones y contribuir a la estructuración de mecanismos financieros e incentivos para conservación de biodiversidad.
Detener la deforestación y conversión de paisajes es tarea de todos, desde los consumidores, tomadores de decisión, sector privado, productores. Conservar al jaguar y sus hábitats es una inversión colectiva en nuestro futuro.
Los jaguares enfrentan serias amenazas debido a la pérdida histórica del 50% de su hábitat. Es urgente invertir en su rescate.
La fragmentación del territorio y la pérdida del hábitat, son las principales amenazas que enfrenta los jaguares en América Latina, donde se tienen registrados más de 170 mil ejemplares, de los cuales 80% vive en el Amazonas.
Otros riesgos que enfrentan estos felinos son la caza, los cambios ambientales y la venta ilegal. Además, aunque en la actualidad no se han detectado redes de tráfico de esta especie, la coordinadora de Conservación de Latinoamérica y el Caribe y líder de la Iniciativa Jaguar de WWF, María José Villanueva, alerta que la pérdida de otras especies de felinos como los tigres, puede incentivar al mercado ilegal de jaguares.
El trabajo que se debe hacer para proteger a esta especie es arduo y requiere de presupuesto. El último censo hecho en México, en 2018, indicaba que había alrededor de 4 mil 800 ejemplares de jaguar. Dicha cifra ha cambiado debido a múltiples factores. Se espera tener el nuevo censo para 2025.
Bastiones de la vida silvestre en América Latina
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) presentó el pasado 29 de noviembre –día en que se festeja al jaguar–, su informe “Conectando Puntos: El impacto socioeconómico de los hábitats del jaguar en Latinoamérica”. En este se cuantifica la importancia de los hábitats de estos emblemáticos felinos y se destaca su relevancia como bastiones de ecosistemas cruciales.
De acuerdo con los resultados, los servicios ecosistémicos generados en 15 paisajes prioritarios para el jaguar alcanzan un valor estimado de entre 1,5 y 4 billones de dólares estadounidenses al año. Con ello queda superada hasta seis veces la actividad económica de la región.
Estas áreas estratégicas, indica el reporte, seleccionadas por su importancia ecológica para la especie y su capacidad para sostener poblaciones saludables de jaguares, abarcan 244,3 millones de hectáreas en 14 países, generando anualmente $708,3 millones de dólares estadounidenses en actividad económica. Mientras que, por hectárea, estos paisajes aportan entre $15 mil 800 y $22 mil 200 dólares anuales en servicios ecosistémicos de aprovisionamiento, regulación y culturales, como la provisión de alimentos y recursos naturales, el suministro de agua limpia y la estabilidad climática que benefician a 62 millones de personas.
Al rescate de los jaguares
En la presentación del documento, representantes de WWF en distintos países de América Latina coincidieron en la urgente necesidad de invertir en la protección y defensa de los jaguares. Además, buscan hacer un trabajo conjunto con los organismos que dan protección a esta y otras especies.
En el caso de México, Campeche y Quintana Roo son los estados de México que hoy en día cuentan con el mayor número de ejemplares de jaguar, por lo que es momento de tomar acciones para su protección hacia el 2050, coincidieron especialistas durante el diálogo El jaguar y su conservación en Quintana Roo, organizado el marco del Día Internacional del Jaguar, que se conmemora cada 29 de noviembre.
En el diálogo, organizado por el Instituto de Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas de Quintana Roo, hicieron énfasis en que se trata de una especie que no sólo es de gran valor para el ecosistema, sino también para toda la región por su relevancia en la cultura maya.
El director general y cofundador de la reserva ecológica El Edén, Marco Antonio Lazcano Barrero, resaltó que es de vital necesidad trabajar en la conectividad y pasos de fauna para mantener y restaurar hábitat, lo que de la mano con toda la identificación de sitios prioritarios podría reducir los atropellamientos.
“Por otro lado, creo que un gran valor que tiene Quintana Roo, que va a ser otro poquito comercial, es el que tenemos ya sitios donde se ha generado información de muy largo plazo. Tenemos a El Edén, el (parque del) Jaguar, el sitio de Laguna, un área destinada voluntariamente a la conservación y es un sitio donde se está generando información de manera constante sobre el jaguar, sus poblaciones, sus hábitos alimenticios, la genética, otros aspectos”, informó.
Estos espacios se convierten en termómetros dentro del estado que están ocupando los ejemplares y está permitiendo tener una injerencia a nivel regional de conservación, entonces, se vuelven primordiales.
Por su parte, Cuauhtémoc Chávez, jefe del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Lerma, hizo énfasis en que al hablar de Quintana Roo no se puede perder de vista que es un espacio turístico y se tiene que pensar ya en medidas de mitigación, porque se debe buscar la forma de armonizar este desarrollo turístico que se está dando con el respeto a la especie.
“Tenemos que ver cómo retribuir o cómo los turistas tienen que retribuir precisamente ese impacto que generan al llegar a este sitio. Precisamente tener un mecanismo en el cual ellos paguen parte de esa conservación que tenemos que realizar, porque al final de cuentas están haciendo uso de la zona”, estimó.
La meta, coincidieron los ponentes, es mantener el hábitat y como población humana debe de tenerse precisamente una relación armónica con la naturaleza, por lo que habría que pensar y repensar cuáles son esas actividades económicas a desarrollar, porque el norte está relativamente bien desarrollado y el sur cuenta con ciertas carencias y se debe equilibrar en los dos sitios.
Conoce el mapa sobre el Tren Maya y su paso por territorio jaguar.
La ruta del Tren Maya afecta directamente la presencia de jaguares tanto por la deforestación de la zona, los peligros por el cruce de los animales y el desarrollo hotelero que devastará las áreas naturales.
El territorio de los jaguares (Panthera onca) se extiende por los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, aun cuando el crecimiento de las ciudades haya llevado a esta especie a estar al borde de la extinción.
Aquí el mapa con los registros de actividad de jaguares en grado de investigación que se ven comprometidos con el Tren Maya.
Este 29 de noviembre también se insistió que el avance de las obras del Tren Maya y las medidas de conservación anunciadas por el gobierno limitan cada vez más la supervivencia del jaguar, a pesar de ser un animal protegido por normas federales.
El colectivo Selvame del Tren documentó que las obras del Tren Maya continúan, junto con la tala de la selva maya donde habitan los jaguares, a los que no se les han establecido medidas de conservación adecuadas por tratarse de un animal protegido por la NOM 059 Semarnat 2010.
María Luisa Albores González, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, señaló que un solo jaguar podría necesitar entre dos mil 500 a 10 mil hectáreas de territorio para satisfacer sus necesidades de alimentación y espacio vital, pero en Quintana Roo se ha contado la tala de más de 10 millones de árboles, y con las obras del megaproyecto ferroviario cada vez hay más desmonte.
Según la Semarnat en una hectárea hay alrededor de 514 árboles de selva alta o mediana. Esto significa que se han derribado más de 19 mil 455 hectáreas de hábitat del jaguar: “Su conservación requiere de hábitats lo suficientemente grandes para mantener poblaciones viables y saludables a largo plazo. Para una población sana y diversa se necesita una red de ecosistemas conectados y protegidos que permitan el movimiento de individuos”, dijo Albores González.
Por su parte, José Urbina Bravo, integrante del colectivo Selvame del Tren, recordó que el megaproyecto complica a la fauna de la selva maya con la tala de árboles, el derrumbe de cuevas, y la contaminación del agua.
Además, el biólogo Roberto García Rojo resaltó que la creación del Área Natural Protegida de Flora y Fauna (APFF) Jaguar no puede albergar debidamente un solo de estos felinos.
Según información de la Comisión de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), el APFF Jaguar solo abarca dos mil 249 hectáreas. Esta extensión es menor al mínimo que la titular de la Semarnat dijo se requiere para albergar a un jaguar.
Rojo García aclaró que la selva que se tiró ya no se puede regenerar.
“Al momento en que rompan las cuevas, en ese momento va a ser irreversible, porque hacer una cueva nadie puede hacerlo, tarda miles y millones de años”, lamentó.
El biólogo aclaró que aún hay tiempo para preservar la selva maya, los recursos naturales y los jaguares, pero se necesita de la colaboración de la ciudadanía para impedir que se exploten más los ecosistemas
La titular de la Semarnat destacó que el jaguar es importante por ser símbolo de grandeza, fuerza y poder, es el felino más grande de México y el tercero más grande a nivel mundial, y se encuentra en 24 estados del país.
Pero, está amenazado por la disminución de su hábitat, la cacería ilegal, el tráfico de sus pieles, colmillos y garras, y el conflicto entre este animal y el ganado doméstico.
Por otra parte, en marzo y junio del 2024 se hará un censo nacional de jaguares, y en agosto se dan resultados preliminares.
Según datos de la Semarnat, en 2010 había alrededor de cuatro mil jaguares en el país, y en 2018 se estimaron cuatro mil 800.
El absurdo contrato del Tren Maya para ahuyentar o sacrificar a jaguares y venados considerados fauna “nociva”
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y Tren Maya, S.A. de C.V. contrataron un servicio de manejo de fauna para garantizar la ‘seguridad’ y ‘eficiencia’ del Tren Maya. Este incluye el ahuyentamiento, reubicación e incluso sacrificio de especies consideradas ‘peligrosas’, como el jaguar, el tapir y el venado.
Según información publicada por la reportera Alelhí Salgado en El Universal, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y Tren Maya, S.A. de C.V. han firmado un contrato con la empresa Susoma Soluciones Ambientales, S. de R.L. de C.V., para implementar un programa de manejo de lo que llaman ‘fauna nociva’ que permita garantizar la seguridad en las operaciones del Tren Maya. Entre las especies clasificadas como ‘peligrosas’ para el megaproyecto figuran animales en peligro de extinción, como el jaguar, el tapir y el venado.
De acuerdo con el contrato TM-CGRMSG-SVS-0200/204, publicado en El Universal, el servicio contratado incluye actividades de ahuyentamiento, captura, reubicación y, en casos extremos, el sacrificio de animales bajo la normativa NOM-033-SAG/ZOO-2014. Las acciones previstas incluyen métodos como pirotecnia, trampas, dardos tranquilizantes y redes, además de programas para reducir la atracción de fauna hacia las vías del tren mediante la creación de barreras naturales y reubicación de flora.
El costo total del contrato asciende a 9 millones 106 mil 290 pesos, con IVA incluido, y abarca los siete tramos del Tren Maya, desde Palenque, Chiapas, hasta Escárcega, Campeche. Como detalla El Universal, el acuerdo también exige a la empresa elaborar planes de contingencia por colisión con fauna, monitorear a las especies consideradas nocivas y ofrecer talleres de sensibilización para empleados y usuarios del tren.
La publicación subraya que, aunque el contrato prioriza el respeto a las especies según leyes nacionales e internacionales, como la Ley General de Vida Silvestre y la NOM-059-SEMARNAT-2010, las acciones buscan minimizar riesgos para la operatividad del tren y la seguridad de sus pasajeros. Esto incluye atender posibles impactos reputacionales y operativos derivados de la interacción con fauna en riesgo o doméstica.
Las protestas no se hicieron esperar
“La biodiversidad de México no debe ser sacrificada en nombre del progreso”, expresaron organizaciones no gubernamentales ambientalistas al condenar las prácticas implementadas por la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa) y la empresa Tren Maya S.A. de C.V. respecto al manejo de fauna nociva para las operaciones ferroviarias de la mega obra.
“La selva de la Península de Yucatán es uno de los ecosistemas más ricos en biodiversidad del planeta, incluyendo especies en peligro de extinción como el jaguar (Panthera onca), otros felinos, como el ocelote, puma, jaguarundi, el venado cola blanca, una gran variedad de murciélagos, el pecari tajacu, primates como el mono aullador y el mono araña desempeñan un papel esencial en el funcionamiento de los ecosistemas de la región, siendo indispensables para la salud y sostenibilidad de este entorno natural único.
“Medidas como esta no solo representan un ataque directo a la fauna local, sino también una violación de las leyes ambientales mexicanas y los compromisos internacionales en materia de conservación”, mencionó el colectivo Selvame del Tren a través de un comunicado.
Selvame MX, alianza de ambientalistas, afirmó que el tren y otros proyectos asociados nunca debieron ser impuestos ilegalmente dentro de la Selva Maya. “Este control de fauna local demuestra la fragmentación del ecosistema que tanto se advirtió, no es la fauna la que debe ser controlada sino proyectos como un tren en la selva lo que es nocivo para el progreso y el medioambiente”, aseveró.
Así, hizo un llamado urgente a la ciudadanía a mantenerse alerta en defensa de su hogar y su derecho a un medio ambiente sano. También a la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y a la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena, para que actúen de inmediato, se pronuncien públicamente sobre esta situación y ejerzan su autoridad para garantizar que se cumpla la legislación ambiental vigente.
“Es imperativo que cualquier proyecto de desarrollo, incluido el Tren Maya, respete y proteja la riqueza natural que pertenece a todos los mexicanos y a las futuras generaciones”.
“se protegen a animales con trato digno y respetuoso”, asegura Defensa
Por su parte la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) aseguró que cuenta con programas específicos y sensibles para proteger, preservar y reubicar a la fauna cercana a vías, estaciones y otras áreas, esto tras la publicación de EL UNIVERSAL sobre la contratación del servicio “manejo de fauna nociva para las operaciones ferroviarias del Tren Maya”.
En todo momento, los prestadores del servicio de “manejo de fauna nociva” deben proteger a los animales bajo las condiciones para trato digno y respetuoso de las especies de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, la Ley General de Vida Silvestre y el Reglamento a la Ley General de Vida Silvestre.
Asimismo, de la NOM-051-ZOO-1995 “Trato humanitario en la movilización de animales” y la NOM-059-SEMARNAT-2010 “Especies en categoría de riesgo”, que detallan el trato digno que debe ser brindado a las especies durante su reubicación.
La Sedena informó que el contrato TM-CGRMSG-SVS-0200/204 no menciona explícitamente jaguares, ni venados. Sin embargo, la negociación estipula que se considera la captura y reubicación de mamíferos grandes, medianos y aves, incluso, reptiles, anfibios e insectos, entre los que debe realizarse un “análisis de composición y estructura faunística dentro del derecho de vía de los grupos que representen mayor riesgo para las operaciones ferroviarias”.
Además, el documento, al que se refiere la publicación hecha por esta casa editorial el día de hoy, solicita a sus contratados diseñar un “manual ante contingencias con mamíferos grandes (venados, jaguares, tapires, entre otros)” y el uso de dardos tranquilizantes para ejemplares de talla grande con conductas agresivas.
En el apartado d, de la sección E de información del contrato, indica que a las actividades de contención de animales se puede sumar el sacrificio bajo la NOM-033-SAG/ZOO-2014 que tiene por objeto establecer los métodos para dar muerte a los animales garantizando buenos niveles de bienestar y con el propósito de disminuir al máximo el dolor, sufrimiento, ansiedad y estrés.
Con información de medios
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