El Reporte

‘Ley Mincho’: letra muerta; la asociación de delfinarios se niega al cierre definitivo

29 Jun. 2025 10:55 pm

Con 17 delfinarios y aproximadamente 240 ejemplares, Quintana Roo concentra cerca de 80 por ciento de estos mamíferos en cautiverio en el país. La Ley aprobada por ambas cámaras del Congreso ya representa un hito. Organizaciones ambientalistas y defensores de los derechos animales coinciden que el objetivo final es poner fin a todos los delfinarios del país; sin embargo La Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos señaló que la reforma no implica el cierre de delfinarios existentes 

CDMX | Finalmente esta semana, la Cámara de Diputados aprobó la denominada “Ley Mincho”, que prohíbe la reproducción de mamíferos marinos, así como su uso en espectáculos acrobáticos de entretenimiento y mantenimiento en tanques de concreto. Esto implica especímenes como delfines, focas, orcas, entre otros, sin embargo la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos señaló que la reforma no implica el cierre de delfinarios existentes 

La iniciativa fue avalada unánimemente por los diputados cuando previamente ya había sido votada y aprobada por el Senado. Entre las reformas a la Ley General de Vida Silvestre, se incluyó la prohibición del uso comercial o de subsistencia.

La ley establece que “ningún ejemplar mamífero será sujeto de aprovechamiento extractivo, con excepción de que su captura tenga por objetivo la investigación científica con fines de protección y conservación de dicha especie”. Aunque se precisa que permitirá capturas con fines de reproducción, esto si la finalidad es la conservación a través de la recuperación, la reintroducción y repoblación de especies y poblaciones amenazadas o en peligro de extinción. Esta es una visión más detalla de la iniciativa:

Prohibición de la reproducción en cautiverio si no es para fines de conservación.
Prohibición de la tenencia de “nuevos” mamíferos marinos.
Prohibición de que los delfines hagan acrobacias.
Prohibición de los estanques de concreto para los delfines.

¿Por qué se llama Ley Mincho?
Esta ley ha sido bautizada de esta manera en memoria del delfín Mincho que sufrió maltrato durante una presentación acrobática en el delfinario del hotel Barceló, en la Riviera Maya. El animal sufrió fuertes lesiones al golpearse contra una planca de concreto, pero fue obligado a continuar el show con normalidad, causando enorme indignación.

La PROFEPA, clausuró definitivamente el lugar, y acorde con la sociedad Animal Héroes, Mincho se encuentra en Cancún con muy bajas posibilidades de recuperarse.

El caso generó una ola de indignación en redes sociales. Posteriormente, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró el delfinario en el Hotel Barceló, donde ocurrió el incidente. Desde entonces, el delfín se encuentra en rehabilitación en Cancún, pero sus posibilidades de recuperación siguen siendo limitadas.

A raíz de esta historia, la organización Animal Heroes impulsó una campaña ciudadana que culminó con la aprobación de la “Ley Mincho”, considerada por muchos como un parteaguas en la legislación ambiental de México.

Con la nueva ley, los centros acuáticos aún podrán ser dueños de estos animales, pero solo para conservación, investigación y programas de reproducción siempre que sea necesario, no para espectáculo. Además, deberán trasladarlos a corrales marinos, pues tenerlos en espacios confinados como albercas tampoco será permitido.

Desde 2015 México prohibió la explotación de animales para espectáculos circenses, debido a que muchas de las especies presentadas en los circos eran exóticas y necesitaban condiciones ambientales muy específicas, mientras que eran reducidas a permaneces de viaje todo el año y vivir en jaulas.

Como paso secundario, en la Ciudad de México ya se prohibió desde 2018 la presentación de especies marinas en espectáculos o cualquier actividad que los use para explotación económica. A los propietarios, como el parque Six Flags, se les dieron seis meses para garantizar la reubicación de los animales que ya poseían.

Ahora, siete años después y por votación unánime en la Cámara de Diputados, la restricción será vigente para todo el país.

La ley otorga un periodo de transición de 18 meses para que las instalaciones que actualmente operan bajo este modelo cesen sus actividades y se adapten al nuevo marco legal. Esto significa que parques acuáticos y centros turísticos que ofrecían nados con delfines o espectáculos marinos deberán cerrar, reconvertirse o transformarse en santuarios que prioricen el bienestar animal.

Según datos de Animal Heroes, el 85% de los delfines en cautiverio se encuentran en el estado de Quintana Roo, lo que convierte a esta entidad en un foco de atención para la implementación de la ley. La organización ha señalado que trabajará de la mano con autoridades estatales para fomentar la creación de santuarios y asegurar un retiro digno para los ejemplares actualmente en cautiverio.

Jerónimo Sánchez, director de Animal Heroes, celebró la aprobación de la ley como “una victoria de la razón, la ciencia y la empatía”, y aseguró que este avance legislativo coloca a México en la ruta para erradicar prácticas que, por décadas, han disfrazado el sufrimiento animal de entretenimiento.

Si bien el uso de delfines y orcas en espectáculos fue durante años parte del atractivo turístico en distintas zonas del país, cada vez más estudios demuestran el impacto negativo del encierro en la salud física y emocional de estos animales, cuya inteligencia y sensibilidad los hace especialmente vulnerables al cautiverio.

La Ley Mincho aún debe ser promulgada oficialmente por el Ejecutivo federal, pero su aprobación por ambas cámaras del Congreso ya representa un hito. Organizaciones ambientalistas y defensores de los derechos animales coinciden en que este es solo el comienzo: el objetivo final es poner fin a todos los delfinarios del país.

México se une así a una tendencia mundial que busca proteger a los animales marinos del encierro y la explotación, reconociendo que su lugar está en el océano, no en una alberca de concreto.

Con 17 delfinarios y aproximadamente 240 ejemplares, Quintana Roo concentra cerca de 80 por ciento de estos mamíferos en cautiverio en el país, lo que convierte al estado en uno de los principales escenarios para la aplicación de la nueva normativa aprobada.

El titular de la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (Sema) en la entidad, Óscar Rébora Aguilera, celebró el avance legislativo y lo calificó como “un logro por el que se ha luchado durante años”, aunque reconoció que su implementación aún enfrenta retos significativos.

Explicó que la legislatura no ordena el cierre inmediato de los delfinarios, pero sí prohíbe que los animales sean usados en espectáculos, pues el objetivo es transitar a santuarios, aunque aún no existen las instalaciones adecuadas.

Organizaciones defensoras de los derechos animales recibieron la reforma con escepticismo.

Karla Munguía Colmenero, ambientalista y embajadora en México del documental Keiko: The Untold Story of the Star of Free Willy, fue tajante: “Es la quinta vez que escucho esto en diez años. No les creo nada, no celebro nada hasta que no vea que suceda”.

Munguía Colmenero, una de las voces más críticas contra los espectáculos con fauna marina, recordó que reformas similares en el pasado no han derivado en cambios reales para los animales. Además, advirtió que el texto aún debe ser aprobado por la Cámara de Diputados y pasar por la promulgación federal, etapas donde otros intentos han quedado estancados.

Por su parte, la Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos (AMHMAR), que concentra a los centros donde se encuentran los delfines, señaló que la reforma no implica el cierre de delfinarios existentes, siempre y cuando estén registrados conforme a la ley.

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En mayo pasado, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ordenó la clausura total definitiva del recinto Dolphinaris Barceló, operado por Acuario Arrecifal, S.A. de C.V., debido a graves irregularidades en el manejo de ejemplares de vida silvestre, especialmente delfines, entre ellos el caso de Mincho.

La sanción incluye una multa de 7 millones 526 mil 240 pesos y la colocación de sellos visibles de clausura.

En México, hay más de 350 delfines en cautiverio, que viven en pequeñas piscinas, obligados a realizar espectáculos diariamente, en condiciones que afectan gravemente su salud.

En el país no existe un conteo de estos mamíferos que están actualmente en cautiverio.

Las empresas que no cumplan con la nueva medida serán sancionadas con multas de entre 22 mil pesos mexicanos (unos 1.165 dólares) hasta 8 millones de pesos (unos 424 mil dólares).

“En el proyecto se detalla que, en el caso de las especies pertenecientes al grupo de los cetáceos, los ejemplares deberán estar ubicados en corrales marinos y no en instalaciones de concreto, como alboreas y estanques; cuando no pueda hacerse esto, los cetáceos deben permanecer en instalaciones abiertas que reciban intercambio de agua del exterior, ya sea por flujo de mareas o por medio de un sistema de bombeo”, señala la Ley.

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El cierre del delfinario en Barceló fue debido a las irregularidades que las autoridades encontraron en cuanto a violaciones a la Ley General de Vida Silvestre (LGVS) y a la norma oficial mexicana NOM-135-Semarnat, donde se detalla que no existía un trato digno y respetuoso de la vida silvestre.

La Asociación Mexicana de Hábitats para la Interacción y Protección de Mamíferos Marinos (AMHMAR) aclaró que los delfinarios no van a cerrar en México ya que la reciente reforma aprobada no prohíbe la operación de centros con mamíferos marinos ya existentes, siempre que estén debidamente registrados.

Y considera que prohibir la reproducción sin fines de conservación es contraproducente, «esta medida impide el manejo ético y científico de los animales bajo cuidado humano, afectando su bienestar y contradiciendo principios legales nacionales e internacionales», señala la organización.

Los delfines y otras especies que brindan espectáculos o convivencia con los humanos podrán vivir su vida completa en cautiverio. La ley garantiza que no serán trasladados ni separados, respetando su bienestar y vínculos sociales.

En esta semana, el Senado aprobó la Reforma al Artículo 60 Bis de la Ley General de Vida Silvestre que prohíbe los delfinarios. Y luego, la minuta fue enviada a la Cámara de Diputados. Ahí por unanimidad de 415 votos fue aprobada el jueves la reforma a dicha ley.

Carlos Puente Salas, coordinador de la bancada del PVEM, dijo que la reforma impulsada por su partido fue concretada después de 14 años y cuenta con sanciones severas para quienes incumplan la ley con el cautiverio y maltrato de los delfines.

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La AMHMAR, emitió un posicionamiento el martes, en el que aclara seis puntos clave sobre la reforma:

Los delfinarios no cerrarán: La reforma no obliga al cierre de los centros ya existentes, siempre que estén debidamente registrados y cumplan con las normas legales vigentes.

La reproducción está limitada: La ley prohíbe la reproducción en cautiverio, excepto si es con fines de conservación. Para la AMHMAR, esto es “contraproducente”, pues limita el manejo ético y científico de los animales bajo cuidado humano.

Los animales actuales no serán trasladados: La reforma garantiza que los mamíferos marinos que ya se encuentran en delfinarios permanecerán ahí, sin ser separados ni trasladados, en respeto a sus lazos sociales y bienestar.

Urge una reglamentación científica: La AMHMAR subrayó la necesidad de crear protocolos claros sobre bienestar animal, control reproductivo y manejo, basados en evidencia científica y participación de expertos.

Compromiso con el trato digno: La asociación afirmó que seguirá cumpliendo con la ley y colaborando en su regulación, para asegurar el trato ético a los animales bajo su cuidado.

Llamado contra la desinformación: En su comunicado, la AMHMAR pidió “una discusión responsable, basada en evidencia y no en emociones”, advirtiendo que la conservación se construye con conocimiento, no con prohibiciones mal diseñadas.

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La futura desaparición delfinarios en México, y por ende en Quintana Roo, tras la aprobación de una iniciativa de reforma al Artículo 60 Bis de la Ley General de Vida Silvestre, aprobada por el Senado en primer término, que prohíbe el cautiverio de mamíferos marinos como los delfines, significaría la pérdida de mil 800 empleos directos en los 15 delfinarios en el Estado, mientras que obligaría al gobierno estatal, crear santuarios o zonas de estadía para los animales en edad avanzada.

El tema ha escalado a la prohibición de tener en cautiverio a mamíferos marinos como delfines, lobos marino, ballenas orcas y otros de esta naturaleza, sin embargo la misma ley permite que se mantengan en el estatus de cautiverio a los que ya se encuentra así, esto por ser inviable la liberación de cualquier mamífero marino en un hábitat natural tras haber vivido en encierro y socialización.

Al aprobarse la reforma en la Cámara de Diputados, se estaría dando pie al cierre futuro de los delfinarios, donde más se ofrecen este tipo de espectáculos al turismo, y causando con esto el cierre con un impacto económico millonario y el cese de empleos, salvo la diversificación de este sector.

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En cuanto a la Secretaría de Medio Ambiente de Quintana Roo, su titular Óscar Rébora Aguilera, señaló no es viable liberar a los animales marinos en cautiverio, resultaría peligroso incluso el retornarlos a la vida silvestre, sin embargo ante la posibilidad de ser parte de un proceso al que posteriormente se conviertan en objeto de estudio científico, se tendría que migrar a la creación de santuarios.

De esta manera quedaría en manos del Estado, el crear o fomentar estos espacios donde finalmente los mamíferos marinos puedan vivir su edad adulta, para lo cual se requerirá en un futuro, de recursos para la construcción y manejo de estos centros, mientras tanto se tendrá en aprovechamiento una generación completa de animales mamíferos marinos.

En Quintana Roo, se tiene un total de 17 sitios registrados con mamíferos marinos, de los que dos se encuentran en Cozumel, y en cuyo caso cuentan con leones marinos y manatíes, mismos cuyo estatus quedaría en manos de las autoridades una vez se cumpla el plazo para poder tenerlos en cautiverio, permisos e infraestructura.

Autoridades estatales advierten que liberar a los mamíferos marinos no es viable sin poner en riesgo su vida.

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¿CUÁNTOS DELFINARIOS SE VERÁN AFECTADOS?
En México operan entre 29 y 33 delfinarios, con alrededor de 240 a 450 mamíferos marinos en cautiverio.

La mayoría (entre el 60 y 70 por ciento) están en Quintana Roo, especialmente en el Caribe Mexicano, donde se concentran entre 18 y 20 instalaciones

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EMPRESAS OPERADORAS DE DELFINARIOS
The Dolphin Company (bajo marcas Dolphin Discovery) opera al menos 10 parques en México: Cancún, Isla Mujeres, Costa Maya, Cozumel, Tulum, Akumal, Playa del Carmen, Los Cabos, Puerto Vallarta y Six Flags CDMX
Delphinus (Grupo Xcaret)
Dolphinaris (Adventure Capital), con presencia en Riviera Maya (incluyendo el delfinario del hotel Barceló)
Vallarta Adventures
También hay instalaciones en Baja California Sur, Guerrero, Nayarit, Jalisco, Guanajuato, Veracruz y Q
uintana Roo

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Dan revés a amparo para reactivar delfinario del hotel Barceló
Un juez federal acabó con la posibilidad de reactivar el delfinario del hotel Barceló, que fue clausurado de manera definitiva por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). De manera anticipada se concluyó el juicio de amparo con el que la empresa buscó recuperar el control del sitio ubicado en la Riviera Maya.

El Juzgado Quinto de Distrito sobreseyó el citado proceso legal, es decir, concluyó el juicio de manera anticipada sin dictar una sentencia definitiva, porque argumentó que ya es imposible regresar el control del delfinario a favor de la empresa Acuario Arrecifal, manejadora del sitio.

Esta sociedad mercantil demandó por la vía del amparo a la Profepa y otras dependencias federales, como la Dirección General de Inspección y Vigilancia de Vida Silvestre, Recursos Marinos y Ecosistemas Costeros y a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Fue el pasado 12 de mayo, cuando la Profepa dio a conocer sobre la clausura total y definitiva del delfinario por las irregularidades. Derivado de ello la empresa promovió un amparo, primero contra la suspensión temporal impuesta en marzo pasado y así recuperar el control; aunque su situación se agrava más porque a principios de mayo se le impuso la clausura total.

“En ese sentido, el suscrito considera que ésta última determinación configura una nueva situación jurídica, que hace que las afectaciones e irregularidades primigenias generadas con el acuerdo de emplazamiento reclamado se consumen en forma irreparable”(sic), se lee en la sentencia de sobreseimiento emitida Alonso Robles Cuétara, juez Quinto de Distrito con residencia en Cancún.

Hasta ahora la empresa no ha impugnado la determinación del juez federal por la vía del amparo, porque busca combatir lo que considera agravios al retirarle el control del sitio con una demanda del tipo administrativa.

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La noticia de la clausura total y definitiva del delfinario del Hotel Barceló es sin duda un momento histórico. Las razones son contundentes: negligencia médica, reincidencia en el incumplimiento de la ley, uso del predio sin autorización ambiental, encubrimiento de información.

Pero este avance, aunque enorme, aún no significa justicia para los delfines que siguen atrapados ahí.

Se trata de Kai, Malú, Mati y Náutica, los cuatro sobrevivientes del encierro. Permanecen en el mismo lugar, a pesar de que ya fue clausurado y legalmente no puede albergar vida silvestre. Siguen ahí, en tanques vacíos de público, pero también vacíos de ética, esperando que alguien decida qué hacer con sus vidas.

La organización Empty the Tanks México, que ha hecho un trabajo valiente y sistemático en defensa de los cetáceos en nuestro país, ha denunciado estos lugares desde hace muchos años y recientemente ha lanzado una campaña para exigir el traslado de estos delfines a un corral de mar: una alternativa ética que permite brindarles un entorno natural, sin espectáculos, sin explotación, sin contacto forzado con humanos.

La Profepa clausuró de forma total y definitiva el delfinario del Hotel Barceló Riviera Maya tras detectar siete irregularidades. Además, impuso una multa al recinto por 7 millones 526 mil 240 pesos y presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República por el caso de un ejemplar llamado Mincho, ocurrido en 2020.

Mediante un comunicado, la dependencia detalló las causales de la medida impuesta al recinto operado por Acuario Arrecifal, S.A. de C.V., la cual llega dos meses después de una suspensión de actividades al lugar otorgada por la misma dependencia por no contar con la autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para realizar espectáculos con animales.

Entre las irregularidades detectadas señaló que se encuentran faltas al trato digno y respetuoso, pues se detectaron prácticas inadecuadas que pusieron el riesgo a los delfines.

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En ese sentido, se refirió a un incidente ocurrido el 28 de noviembre 2020, en el cual un delfín de nombre Mincho se impactó contra una plancha de concreto. Indicó que este hecho no se reportó a la autoridad como lo establece la normativa. Por este caso, presentó una denuncia penal ante la Fiscalía General de la República (FGR) luego de determinar que el ejemplar tenía problemas oculares al momento del accidente.

La Profepa señaló también que el lugar llevó a cabo acrobacias con los ejemplares sin autorización, pues no estaban contempladas en el plan de manejo aprobado por autoridades. También indicó que delfines participaron en actividades mientras se encontraban bajo tratamiento médico sin contar con autorización veterinaria, como fue el caso de Mincho que regresó a sus actividades dos días después del golpe que sufrió pese a que le habían otorgado 15 días de incapacidad.

Otras de las irregularidades detectadas por la Profepa fueron “exceso de personas en las interacciones” con los ejemplares, “falta de evaluaciones médicas periódicas”, pues no se realizaron de forma mensual ni semestral como lo señala la ley.

La séptima irregularidad detectada fue “temperatura del agua no regulada: de acuerdo con las bitácoras del periodo en el que Mincho se encontraba en este recinto, en diversas fechas se detectaron temperaturas superiores a 27°C, lo cual incumple con la normativa de manejo adecuado (art. 77 de la LGVS y NOM-135-Semarnat)”.

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“Por este caso, la Profepa presentó una denuncia penal ante la Fiscalía General de la República en contra de quien resulte responsable por hechos con apariencia de delito previsto y sancionado en el artículo 420, fracción I, del Código Penal Federal, que establece una pena de uno a nueve años de prisión y de trescientos a tres mil días de multa para quien ilícitamente capture, dañe o prive de la vida a algún ejemplar de tortuga o mamífero marino“.

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La dependencia dijo que en enero se difundió un video sobre el caso de Mincho y el impacto se sufrió, sin embargo, aclaró que los hechos ocurrieron hace más de cuatro años.

“El video es de 2020. Mincho sobrevivió al golpe que se dio durante un espectáculo. Actualmente se encuentra en otro delfinario. Tiene 35 años y es el ejemplar más longevo del lugar”, dijo.

Señaló que el delfín, que ya no participa en actividades de alto impacto, tiene una movilidad adecuada aunque presenta un proceso crónico de una afección oftalmológica conocida como queratitis y solo conserva 60 % de visión en el ojo derecho mientras que el lado izquierdo ya no funciona.

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