¿Renacimiento político o salto al vacío?
ENTRELÍNEAS
JORGE CEBALLOS
Con 86 años en sus espaldas a la actual dirigencia del PAN les llegó el recuerdo que, ese instituto político fue fundado para combatir los cacicazgos y la imperante corrupción del PRI. El anuncio realizado por Jorge Romero de poner fin a las alianzas con el tricolor muestra que era contra natura seguir tomado de la mano -electoralmente hablando- sin importar los oprobios de uno y otro bando.
El relanzamiento del PAN y el anuncio de la ruptura con el PRI tienen un alto valor simbólico. Reflejan el reconocimiento de que las viejas fórmulas de alianzas entre los partidos tradicionales se agotaron, al menos en lo que respecta a frenar al proyecto dominante de Morena.
La decisión supone un acto de valentía estratégica del PAN, pero también un salto al vacío: al dejar al PRI, el PAN se queda solo —y sólo conseguirá que valga la pena si logra recuperar parte de su base y sumar nuevos apoyos para compensar la pérdida de alianza. Si no, podría quedar en una posición aún más débil de lo que estaba.
Para el PRI la situación es más crítica: la alianza le había servido de cierto “paraguas” para mantenerse relevante. Sin ella, se evidencia su decadencia electoral y queda expuesto. Los números de 2024 muestran que la coalición no rindió lo esperado, lo que incrementa la presión sobre su liderazgo y futuro.
En palabras llanas: pierde más el PRI, pero el PAN se arriesga. Si acierta, podría resurgir como la gran alternativa de oposición; si falla, podría quedar en un limbo electoral mientras Morena consolida su dominio.
Fallido intento
La decisión del Partido Acción Nacional (PAN) de declararse listo para competir sin el PRI marca el intento más ambicioso de redefinir a la oposición mexicana desde la transición democrática. No se trata solo de un movimiento táctico, sino de un mensaje político que busca reescribir el relato del fracaso electoral de 2024 y asignar responsabilidades. El PAN se presenta como víctima, no cómplice, de la derrota frente a Morena. Pero ¿es esta ruptura un acto de fuerza o el reconocimiento desesperado de su declive?
Las elecciones de 2024 no solo consolidaron el poder de Morena: evidenciaron el colapso del sistema de partidos tradicionales. La alianza PAN-PRI-PRD, concebida como un frente opositor “histórico”, terminó siendo percibida como un pacto de sobrevivencia entre élites sin conexión con la ciudadanía.
El relanzamiento anunciado por el PAN viene acompañado de un discurso de “recuperación doctrinaria”, apertura a la ciudadanía y fin del pragmatismo vergonzante. Pero detrás del discurso hay un diagnóstico severo: el PAN se estaba ‘priizando’. Dirigentes locales reportaron que la alianza diluyó la marca y provocó fuga de simpatizantes tradicionales, especialmente entre clases medias urbanas que no olvidan al PRI como símbolo de corrupción.
Existen entidades como Chiapas en las que por más que promuevan un relanzamiento el PAN simplemente seguirá como espectador de la política local. En nuestro Estado no hay cuadros políticos competitivos y ante ello, tuvieron que abrir nuevamente el espacio para que Emilio Salazar Farías retomara su militancia.
A quien por cierto se le acabó lo echado para adelante y la entereza es a Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del PRI quien simplemente desapareció de la escena política tras el anuncio… Hasta la próxima.
