Laguna Nichupté ‘ya no aguanta más’…
12 May. 2024 4:39 pm
CANCÚN | El delicado ecosistema de la laguna Nichupté, vital para la actividad turística de la región y una de las joyas naturales de Cancún, enfrenta una creciente amenaza debido a la saturación de construcciones en sus alrededores y a los pocos esfuerzos que se han hecho para sanearla.
La belleza escénica y la diversidad biológica de la Laguna Nichupté son un imán para visitantes nacionales e internacionales, quienes contribuyen significativamente a la economía local.
Ubicada entre la zona hotelera y la ciudad de Cancún, la Laguna Nichupté ha sido durante décadas un atractivo fundamental para los turistas que buscan experiencias naturales y actividades acuáticas. Sin embargo, su fragilidad se ve cada vez más comprometida por el crecimiento desmedido de infraestructuras hoteleras, residenciales y comerciales.
Un claro ejemplo de la saturación de construcciones y del fuerte rechazo de la sociedad organizada es la postura de grupos de residentes al que se sumó la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres por el proyecto Península Cancún, que contempla la construcción de 1,300 viviendas de lujo y 850 cuartos de hotel sobre lo que actualmente es el campo de golf Pok Ta Pok, en la primera etapa de la zona hotelera.
Jesús Almaguer, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, considera que no se debe permitir la construcción de este mega desarrollo en el corazón de la zona turística, un área que enfrenta problemas de suministro de agua potable, drenaje y tratamiento de aguas negras.
Agrupaciones como Asociados Náuticos de Quintana Roo, lidereada por Francisco Fernández, han advertido en diferentes foros sobre el deterioro evidente del sistema lagunar y los riesgos que enfrenta por la saturación de construcciones, que avanzan a un ritmo muy acelerado sin que se hagan inversiones para hacer un “proceso de purificación”.
De acuerdo con datos de la asociación, buscan apoyos económicos a través de varias instancias ambientales, de gobierno y ONGs, para poner en marcha un programa de retiro de casi 80 embarcaciones que por diversos motivos se hundieron en diversas zonas y los canales que conectan el Sistema Lagunar Nichupté.
Prácticamente desde la planeación de Cancún, a principios de la década de los 70s, se designó una Zona de Preservación Ecológica que ahora es el Área de Protección de Flora y Fauna Manglares de Nichupté la cual abarca 4 mil 257 hectáreas, donde hay principalmente manglares y humedales.
La falta de vigilancia por parte de las autoridades federales como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) es otro de los factores que contribuyen al deterioro ambiental, pues cada vez son más las embarcaciones que ofrecen recorridos por la laguna Nichupté, una zona que ambientalmente es considerada como la incubadora de cientos de especies marinas y aves migratorias.
Por lo general se trata de embarcaciones de menor calado, motos acuáticas y lanchas rápidas, muchas circulan a exceso de velocidad y sin las precauciones necesarias para evitar afectaciones en la zona de manglares.
La protección de la Laguna Nichupté no solo es una responsabilidad ambiental, sino también un imperativo económico y social para el futuro de Cancún. De no tomarse medidas para preservar este ecosistema tarde o temprano la calidad de la experiencia turística se verá comprometida, una situación que afectará negativa y directamente a la industria turística.
Francisco Hernández, presidente de Asociados Náuticos de Cancún, denunció que la laguna Nichupté «ya no aguanta más», pues no sólo sufre la presión de un desarrollo masivo en su litoral.