Cozumel dice ¡NO! Al Cuarto Muelle aprobado por la Cuarta Transformación
23 Jun. 2025 7:11 am
Muelles del Caribe, cuenta con una concesión para el aprovechamiento de bienes de dominio público expedido en 2022 por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, además de un resolutivo favorable entregado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Ambas anuencias fueron otorgadas durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la Semarnat ha informado que está en revisión el proyecto; buscarán la protección del ecosistema arrecifal y el derecho de la población a un ambiente sano; los inversionistas dan como un hecho el inicio de la obra en agosto de este año.
REPORTE MAYA
REDACCIÓN
COZUMEL | Con el anuncio de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que realizará un estudio con la finalidad de valorar el proyecto del Muelle Cuatro en esta isla, con base en la normatividad vigente, la protección del ecosistema arrecifal y el derecho de la población a un ambiente sano, aunado a la confirmación de la empresa Muelles del Caribe que en agosto iniciará la construcción del mismo, las protestas se han elevado en la sociedad civil y los políticos del PVEM y de Morena se han montado en la lucha contra el inminente ecocidio autorizado en el mandato de Andrés Manuel López Obrador.
El pasado 13 de junio de 2025, la Semarnat admitió a trámite un recurso de revisión, luego de que habitantes de la isla cuestionaron el resolutivo SGPA-DGIRA-DG-05859-21, mediante el cual se autorizó dicho proyecto. En consecuencia, el miércoles 18 de junio de 2025, la Semarnat notificó a las recurrentes y a la empresa promovente que inició un procedimiento administrativo derivado de esa impugnación.
Las recurrentes, solicitaron la suspensión a efecto de que no se ejecutara el proyecto, hasta en tanto se resolviera el procedimiento; sin embargo, se les hizo de conocimiento a las partes involucradas que para llevar a cabo la ejecución de la obras y actividades evaluadas, se requiere el cumplimiento de los términos ordenados en la propia autorización de impacto ambiental, esto es, obtener las autorizaciones, concesiones, permisos federales, estatales y municipales correspondientes que se encuentran pendientes por emitir.
“Cabe destacar que el recurso ya fue turnado al superior jerárquico para su substanciación, quien deberá resolver con base en la normatividad aplicable, principios ambientales y principios que rigen el servicio público”, menciona el comunicado de la dependencia federal, fechado en la Ciudad de México.
El proyecto del cuarto muelle ha generado una amplia movilización en contra de parte de habitantes de Cozumel, quienes mediante manifestaciones marítimas y terrestres, así como recolecta de firmas han denunciado la afectación que tendría el arrecife, así como su derecho a disfrutar de las playas de la isla. Por su parte, los promoventes de la obra se han reunido los últimos días con diferentes cámaras empresariale para darles a conocer su iniciativa.
El pasado 10 de junio, a pesar de la oposición de sectores de la sociedad civil, el proyecto del cuarto muelle turístico sigue en marcha, así lo confirmó José Luis Cervantes, vocero de Muelles del Caribe, en una rueda de prensa. Según comentó, la obra cuenta con sustento legal y técnico, tras un proceso de más de tres años de revisiones ambientales, jurídicas y administrativas.
“Invitamos a la comunidad a mantener la paz y el respeto al Estado de Derecho. La violencia no ayuda a resolver las diferencias”, señaló Cervantes, al referirse a manifestaciones recientes contra el proyecto.
Recientemente, trabajadores de la barcaza de la empresa se vieron forzados a retirarse por temor a agresiones físicas por parte de los inconformes. El vocero recalcó que la empresa no promueve la confrontación y mantiene su disposición al diálogo, siempre que se dé en un marco de respeto.
“Estamos abiertos a conversar con cualquier persona u organización, pero las condiciones para el diálogo deben garantizar seguridad y respeto mutuo”, reiteró.
José Luis Cervantes afirmó en la reunión que el proyecto está respaldado por estudios técnicos, jurídicos y ambientales, la concesión les fue otorgada en 2020 y desde entonces, la compañía ha cumplido con los requerimientos legales y ambientales. El permiso ambiental fue autorizado en 2021 y ha superado diversas etapas legales, incluidas impugnaciones en tribunales.
De acuerdo con el Oficio No. SOPA/DOIRA/D0-05859-21, emitido Semarnat, el proyecto contempla un muelle más grande que los tres ya existentes, con un edificio de dos niveles en tierra que ocupará una superficie de 1.1 hectáreas. También se proyecta un puente que conectará dicha estructura con una plataforma de concreto tipo muelle, la cual contará con elevador, escalera peatonal y tres escaleras eléctricas.
La obra está a cargo de la empresa Muelles del Caribe y lleva por nombre “Muelle Cozumel Terminal de Crucero”. El permiso para su construcción fue otorgado el 7 de diciembre de 2021, con un plazo de tres meses para cumplir una extensa lista de condicionantes ambientales.
Sobre los permisos ambientales, comentó: “Los permisos existen, están firmes, y fueron confirmados en todas las instancias jurídicas. Incluso un tribunal colegiado, integrado por tres jueces, falló de manera unánime a favor del proyecto, tanto en forma como en fondo”, enfatizó Cervantes.
Durante el proceso de consulta pública, se recibieron más de 250 observaciones y sugerencias ciudadanas. En respuesta, la autoridad ambiental impuso a la empresa la ejecución de 21 programas ambientales, en lugar de los cinco que inicialmente estaban propuestos.
Estos programas abarcan tres etapas: acciones previas a la construcción (como la reubicación de flora y fauna), monitoreos durante la obra (calidad del agua, emisiones y maquinaria) y seguimiento ambiental permanente tras la inauguración del muelle. Aclaró que el muelle no se construirá en una zona de arrecifes ni en un área natural protegida.
Quienes están a favor del Cuarto Muelle, aseguran que tiene como objetivo aumentar la capacidad de recepción de cruceros en Cozumel, uno de los destinos turísticos más importantes del Caribe. Al mejorar la infraestructura portuaria, buscan facilitar el desembarque de pasajeros y optimizar la logística para la atención de embarcaciones de gran calado.
la obra tiene una inversión 100% privada estimada en 2,000 millones de pesos, el muelle será construido mediante un sistema prefabricado, lo que reduce el impacto ambiental. Se prevé que las obras inicien formalmente en agosto de este año y concluyan hacia 2027.
Durante la fase de construcción, se generarán más de 200 empleos directos, y 250 empleos permanentes durante su operación. También se anticipa una derrama económica adicional de 80 millones de dólares anuales. Actualmente, Cozumel recibe más de 1,200 cruceros al año, lo que sostiene a unas 15,000 familias locales.
Supuestamente, la modernización de la infraestructura busca mantener la competitividad de la isla ante el aumento del tamaño de las embarcaciones y la renovación portuaria que ya ocurre en destinos como San Juan, Gran Turk y Nasáu, en Bahamas.
El 23 abril pasado, ante un fallo judicial que permitiría la construcción del cuarto muelle, ciudadanos decidieron salir nuevamente a protestar para compartir su postura en contra de esta obra, que aseguran atenta contra el medio ambiente.
Ciudadanos organizaron -mediante redes sociales- una manifestación en el muelle fiscal y los lancheros hicieron lo propio en el arrecife Villablanca, mar adentro: “Estamos protegiendo un área pública y un área donde está un arrecife, el arrecife Villablanca es el último arrecife que nos queda fuera del parque marino público, el cual es muy visitado por la localidad, depende económicamente de él toda la gente local que no tiene embarcación, lanchas ni permisos de parque marino, entonces van a ese arrecife y ahí hacen sus buceos y ahí venden sus tours”, detalló Nohemí Guadalupe Martín Cab, presidenta de la asociación civil Conservación, Investigación y Manejo Ambiental de Cozumel (CIMAC).
Señalan que se puede ingresar sin necesidad de una embarcación, es una playa pública, un arrecife dividido por nadadores de aguas abiertas y por buzos, sin embargo, es allí en donde quieren construir tres proyectos: uno es el cuarto muelle; el segundo es Cabo Mantarraya, un club de playa que formaría parte del cuarto muelle, y el tercero es la ampliación del muelle de cruceros SSA, que fue el primero que existió en la isla.
Fue el pasado 26 de febrero cuando perdieron ante los magistrados el recurso contra la aprobación de la construcción del cuarto muelle, y los tres proyectos están amenazando la vida de este arrecife y de los cozumeleños, porque pretenden levantar un muro a la orilla.
“Jamás volveremos a ver ni el mar, ni las puestas de sol, ni la zona de esparcimiento y mucho menos el arrecife, que lo van a matar. Entonces esa es la razón por la que nos estamos levantando, defendiendo nuestra área pública, defendiendo la reserva y defendiendo nuestro derecho a un medio ambiente sano”, enfatizó.
Existe todavía la posibilidad de interponer un recurso jurídico cuando la empresa busque los permisos para la construcción en territorio y que sería la unión con el muelle, es decir, es algo que ellos necesitan y en donde esperan tener las herramientas suficientes para defender el espacio.
Por su parte, Luis Rodrigo Huesca Alcántara, integrante del colectivo ciudadano Isla Cozumel, confirmó que ha habido mucha movilización dado que en los últimos días se avistaron plataformas haciendo estudios geoestadísticos frente a la playa sobre el arrecife Villablanca y estas plataformas pueden estar operando ya sea para la construcción del cuarto muelle de cruceros o para la ampliación del muelle internacional SSA.
Respecto a la decisión de desechar el amparo que tenían desde el 2021, consideró que fue “una jugarreta que se vuelve muy constante en casos de corrupción… y no nos vamos a quedar de brazos cruzados. La intención es básicamente llegar a la Mañanera (con la presidenta Sheinbaum), tenemos la consigna de hacer que esto se vuelva un tema nacional, volverlo de relevancia para la presidenta y de esta forma que se puedan atender las demandas, que son básicamente el respetar derechos humanos como al medio ambiente sano, a la ciudad, a la salud”.
Ecologistas y residentes de Cozumel están en contra de la construcción de un cuarto muelle para cruceros, pues quieren promover un turismo responsable.
Los ambientalistas señalan que la construcción de un nuevo muelle aumentará el tráfico turístico, pero desencadenará una serie de problemas ecológicos, como la contaminación y la degradación de hábitats marinos.
Aseguran que la construcción y la actividad de los cruceros complican la conservación de estos ecosistemas. Y aunque los residentes dependen del turismo, también manifiestan su oposición porque consideran que debe ser un turismo que respete el medio ambiente, y para esto deben existir regulaciones más estrictas para la llegada de cruceros.
Los buzos también protestaron dentro del mar frente a Cozumel, buscando impedir la construcción del proyecto Cuarto Muelle para cruceros que señalan se perfila a crear un menoscabo ambiental y social en la isla.
Cerca de 40 activistas ambientales ingresaron a las profundidades del mar frente a la ínsula, donde desplegaron mensajes de rechazo del proyecto porque se prevé un impacto al arrecife Villa Blanca, ubicada en la zona donde se han iniciado actividades de inicio del proyecto.
El 7 de mayo, durante la conferencia matutina desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió que no existe autorización a favor de la construcción de la megaestructura.
“Es un proyecto, pero todo proyecto tiene que tener su Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), todavía no hay ninguna autorización formal”, expresó la mandataria cuestionada al respecto.
No obstante, esta iniciativa a cargo de la empresa Muelles del Caribe, cuenta con una concesión para el aprovechamiento de bienes de dominio público expedido en 2022 por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, además de un resolutivo favorable entregado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Ambas anuencias fueron otorgadas durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
En las últimas semanas, cierto sector de la población inició la campaña de rechazo con actividades para recabar firmas, escritos a las autoridades y ahora esta protesta bajo el agua.
“Es un capricho, es una necedad de un pequeño grupo, de gente que hace dinero de prostituir el Caribe mexicano. Es así, es así, no hace falta. Cada quien defiende su lugar con sus recursos al alcance y hay estrategias legales que van adelante, hay investigaciones que ponen los conocimientos a disposición y los buzos nos manifestamos buceando, poniendo en evidencia que ahí hay pastos marinos, hay corales, hay esponjas, hay vida”, sostuvo José Urbina Bravo, buzo integrante del colectivo Sélvame del Tren, que realizó la inmersión.
Han sido dos demandas de amparo que han promovido los habitantes de la isla; sin embargo, los jueces federales han desechado los recursos bajo el argumento de que no hay afectación contra las personas.
Cozumel es el principal punto de atraque de cruceros en el país. En 2024 recibió más de cuatro millones de visitantes por esta vía; sin embargo, los disidentes del Cuarto Muelle sostienen que la derrama económica no es palpable porque estiman que el 40% de los habitantes de la isla viven en condiciones de pobreza, además de que los servicios básicos son escasos.
La Semarnat aprobó en diciembre del 2021 la construcción del cuarto muelle de cruceros en Cozumel, pese a las afectaciones ambientales que el proyecto implica y la oposición manifestada por habitantes y organizaciones ambientalistas de la isla.
El muelle se encuentra dentro de los 39 proyectos que conformaban el Acuerdo para la Reactivación Económica que firmó el presidente Andrés Manuel López Obrador con la Iniciativa Privada a principios de octubre del 2020 y se dijo que la empresa Muelles del Caribe es la que ejecutaría el proyecto.
De acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), la obra implicaba en ese entonces una inversión de 511 millones de pesos. El muelle se ubicará en la costa noroeste de la isla de Cozumel, tanto en zona terrestre (sobre la avenida Rafael E. Melgar en el kilómetro 3+625), como en zona marina y en la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat).
La estructura propuesta tendrá forma de L y abarcará una superficie de 1.16 hectáreas (ha) que permitirá el atraque de embarcaciones de hasta 362 metros de eslora. Será edificado sobre pilotes de acero y losas de concreto prefabricadas, de acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental.
Estará compuesto por un puente de acceso o pasarela y la plataforma de atraque. Su desplante iniciará en la Zona Federal Marítimo Terrestre, la cual se encuentra desprovista de vegetación costera. El área no ocupada por la estructura del muelle en la Zofemat será utilizada para la colocación de una plataforma tipo muelle, añade el documento.
En la zona terrestre se construirá un edificio de dos niveles denominado Terminal de Cruceros. Contará con una superficie de 1.1 ha, con el objetivo de servir como recepción para el abordaje y desembarque de pasajeros; contará con locales para establecimientos de diferentes giros, sanitarios, estacionamientos, zona para resguardo de equipaje, oficinas, entre otros usos.
La empresa Muelles del Caribe asegura que el principal criterio para la selección del sitio del proyecto es que la zona donde se pretende realizar tiene un uso de suelo de desarrollo urbano, de acuerdo con el Plan de Desarrollo Urbano Centro de Población de Cozumel.
La Semarnat determinó la aprobación de la obra, pero bajo una serie de condicionantes que obligan a la empresa promovente a presentar un plan de manejo ambiental de la zona que impactará la obra, así como la aplicación medidas de prevención, mitigación y compensación ambiental.
La dependencia refiere que en la zona donde se construirá el muelle “se reporta la presencia de siete especies de flora y cuatro especies de fauna que se encuentran catalogadas en alguna categoría de riesgo, conforme a lo establecido en la NOM-059-SEMARNAT-2010”.
Lo anterior implica que la empresa “deberá pagar una garantía, cuyo monto aún está por determinarse, además de que deberá designar a un Supervisor Ambiental, quien tendrá como objetivo evaluar la ejecución y operación del proyecto en los términos manifestados y dar seguimiento a la aplicación del programa de manejo ambiental y realizará las evaluaciones sobre la eficiencia y eficacia de estos, todo ello de forma autónoma al promovente y a quien ejecute el programa de manejo ambiental”.
El cuarto muelle se proyecta en la carretera sur, antes de llegar a Puerto Maya, donde se ubica el “único arrecife costero” de Cozumel, y es una zona de conservación, explicó Guadalupe Noemí Martín Cat, presidenta de Conservación, Investigación y Manejo Ambiental de Cozumel (Cimac).
La ambientalista asegura que, aunque la Manifestación de Impacto Ambiental del proyecto asegura que en esa zona sólo habitan tres especies de coral, investigadores y académicos independientes de Cozumel han elaborado estudios que demuestran que existe por lo menos 20 especies de coral en la zona donde se pretende construir el muelle.
Adelantó que éste y otros estudios técnicos fueron presentados como argumentos en contra del proyecto en la consulta pública que inició el pasado 8 de abril y concluyó en la primera semana de mayo, la cual fue solicitada por las asociaciones ambientalistas que se oponen el proyecto, entre las que se encuentran Cielo, Tierra y Mar (Citymar), Grupo Ecologista del Mayab, Manglares más vivos más sanos, Coral Reef Restoration, así como empresas privadas como Sand Dollar Sports Dive, la cual ve amenazada la práctica del buceo en caso de que el muelle se construya.
Mara Lezama: ambigüedades
Sobre el tema la gobernadora del Estado, Mara Lezama Espinosa, advirtió que cualquier desarrollo debe realizarse de forma sostenible, con base en evidencia y con la participación activa de la comunidad, esto respecto a la polémica construcción del Cuarto Muelle de Cruceros en Cozumel.
Señaló que Cozumel, como un lugar hermoso pero ambientalmente frágil, no puede permitirse decisiones unilaterales, por lo que además de considerar la participación ciudadana en la próxima consulta pública, se buscará un análisis detallado por parte de la Federación, desde donde se otorgaron los permisos.
“Ningún proyecto, y lo dejo muy claro, puede estar por encima del medio ambiente, lo he dicho antes y lo reitero de manera muy clara,: inversión sí, pero con responsabilidad….Escuchar a los cozumeleños, conocer sus preocupaciones y expectativas, es fundamental para que cualquier proyecto no solo impulse el crecimiento económico, sino que también proteja el medio ambiente y el patrimonio natural de la isla”, afirmó en entrevista luego de la entrega de beneficios del programa Comemos Todos en Puerto Morelos.
La visión que se impulsa busca asegurar que toda inversión, especialmente aquellas relacionadas con infraestructura turística, sea evaluada desde una perspectiva integral. Esto incluye no solo los beneficios económicos, sino también los impactos ambientales y sociales que puedan derivarse, por ello, se insistió en la necesidad de realizar estudios rigurosos y atender la consulta ciudadana con las comunidades afectadas, para garantizar que su voz influya en las decisiones que transforman su entorno.
La mandataria estatal destacó que el diálogo permanente con instancias federales como la SEMARNAT, con su titular Alicia Bárcenas, como clave para garantizar que las obras estén alineadas con las necesidades locales y cumplan con las normativas ambientales, de allí la importancia de revisar los permisos federales otorgados, a fin de permitir una evaluación más profunda y transparente de los posibles impactos del Cuarto muelle.
Mara Lezama también puso énfasis en la justicia ambiental y el valor del capital natural de la isla, enfatizando en que no se trata solo de infraestructura, “se trata de defender lo que somos, de tomar decisiones informadas, basadas en evidencia, que garanticen un desarrollo equitativo y sostenible para todos”.
Finalmente, reiteró su compromiso con la transparencia, el respeto por el medio ambiente y la construcción de consensos con todos los sectores de la sociedad, en “un momento decisivo para Cozumel. El camino debe ser el diálogo, la escucha activa y el respeto a nuestra riqueza natural. El desarrollo no debe darse a costa de lo que nos da identidad y vida”.
El tema es aprovechado por políticos oportunistas como el diputado del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Renán Sánchez Tajonar, quien sostuvo una reunión de trabajo con Óscar Rébora, secretario de Medio Ambiente del estado, “para analizar a fondo la situación del cuarto muelle de Cozumel”.
Durante el encuentro, ambos funcionarios dialogaron sobre los alcances reales del proyecto y los posibles daños que podría ocasionar al ecosistema marino de la isla, particularmente a los arrecifes, considerados fuente de vida, motor económico y patrimonio natural de los cozumeleños.
“Estoy muy atento a esta situación y convencido de que el desarrollo turístico debe ser ordenado, sustentable y respetuoso con el entorno. No se pueden tomar decisiones a espaldas de la ciudadanía ni sin estudios científicos sólidos”, declaró Renán Sánchez Tajonar.
“Los arrecifes de Cozumel no solo son un orgullo, sino una responsabilidad compartida. Debemos protegerlos por el bien de nuestra economía, nuestro medio ambiente y de las futuras generaciones”, añadió el diputado
En la publicidad pagada se afirma: “Con este posicionamiento, Renán Sánchez Tajonar reafirma su compromiso con un modelo de desarrollo que priorice el bienestar ambiental, la participación ciudadana y la justicia intergeneracional en las decisiones públicas”.
El diputado verde que aspira a ser el próximo alcalde ya encarrilado posteó en sus redes sociales: “Una de mis grandes pasiones es el buceo, lo aprendí desde niño y lo llevo en la sangre. Por eso me duele tanto ver lo que hoy está en riesgo. Buceé en el arrecife Villa Blanca, en Cozumel, justo donde pretenden imponer el cuarto muelle. Lo que encontré fue un ecosistema lleno de vida, de colores, de futuro. Y ahora quieren destruirlo en nombre de “desarrollo”.
“¡NO al cuarto muelle! ¡NO a los proyectos que se planean en lo oscuro, sin consultar al pueblo, sin estudios y sin el menor respeto por nuestro medio ambiente!
“El arrecife es vida. Es el futuro de Cozumel. Quien atenta contra él, atenta contra nuestra gente. Aquí estamos, firmes, y no vamos a permitir que lo destruyan”.
Otro político oportunista y chapulín, también de las filas del Verde pero que opera con los colores de Morena, es el senador Eugenio Segura, quien se montó en el tema “Por ser un proyecto que genera muchas dudas en tanto la Manifestación de Impacto Ambiental que no detalló sobre los riesgos de esta obra, así como la omisión de muchos datos, ser una zona de influencia del Parque Nacional Arrecifes de Cozumel, donde existen proyectos de restauración de corales, de las últimas playas públicas y fuente de trabajo de cientos de personas”
En un video publicado en sus redes sociales, el Senador señaló estar totalmente en contra por ser un proyecto que pretende hacer llegar más cruceros con la construcción de un nuevo muelle, una terminal y puente peatonal en la zona arrecifal de Villablanca, para lo cual se tienen permisos de índole federal, sin embargo, señaló este proyecto está rodeado de dudas, con una consulta ciudadana de 2021 con poca participación.
Además, argumenta en el video, en la MIA se omitió información sobre los riesgos del dragado y el impacto en el arrecife, así como tampoco el manejo de las aguas residuales de los cruceros, lo cual, desde su postura, son elementos generadores de más dudas que certezas.
A esto, le suma la opinión de expertos y ambientalistas quienes han alzado la voz de esta obra, la cual pretender construir en una zona de influencia del Área Natural Protegida, conocida como Parque Nacional Arrecifes de Cozumel, con presencia de especies protegidas bajo la Norma Oficial Mexicana NOM 059.
Varias especies del SAM, corales constructores de arrecifes como las Acropora sp y Orbicella sp, así como corales blandos, corales negros pero también 10 especies de peces loro (Scarus y Sparisoma sp), gozan de protección por parte de la NOM-059-SEMARNAT-2010 y, para varias de estas especies, Cozumel representa unos de los pocos lugares con poblaciones sanas.
Los ecosistemas saludables y funcionales nos proporcionan aire y agua limpios, sustentan nuestros sistemas alimentarios, regulan el clima, mantienen importantes ciclos biológicos y nos permiten apreciar los beneficios culturales y espirituales que obtenemos de la naturaleza.
A cercanía directa de la propuesta de construcción de un nuevo muelle de cruceros en Cozumel, se encuentran importantes arrecifes, parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM): el arrecife de coral más grande del hemisferio occidental, que se extiende a lo largo de casi 1000 km desde el extremo norte de la Península de Yucatán hasta las Islas de la Bahía en Honduras pasando por Belice y Guatemala haciendo de este ecosistema uno de los arrecifes de coral más grandes del mundo.
Además de albergar las especies protegidas antes mencionadas, esta área, de importancia global por su espectacular biodiversidad (arrecifes de coral, manglares y pastizales marinos son hogar de más de 500 especies de peces, más de 50 especies de corales, invertebrados etc.), su riqueza cultural y diversidad étnica, sostiene económica, cultural y ambientalmente a su población local.
La porción Mexicana del SAM atrajo a más 14.2 millones de turistas y 5.5 millones de cruceristas en el 2018, generando una derrama económica turística anual de 14.6 millones de USD (SEDETUR, 2018). La isla de Cozumel, recibe anualmente a 1.8 millones de personas que se consideran usuarios directos del arrecife.
El 12% de estas personas dejaría de visitar la isla de continuar la degradación de sus arrecifes, pérdida que supondría un decremento en la económica local de más de su tercera parte, 1,500 millones de pesos (83 millones de dólares) por año.
Las repercusiones a nivel estatal no son difíciles de extrapolar y serían catastróficas para esta región que concentra el 47.9% de la actividad turística nacional. El Caribe Mexicano está perdiendo corales constructores de arrecifes a una tasa jamás documentada en el pasado (https://www.agrra.org/coral-disease-outbreak/#sctlddashboard
Los arrecifes del Caribe Mexicano están enfrentando graves amenazas, principalmente por el cambio climático global y la presión antropogénica, conduciendo a una disminución drástica en la cobertura de coral vivo y una proliferación de macroalgas, poniendo así en peligro el mantenimiento de sus importantes servicios ecosistémicos como la protección a la costa por el cambio de un sistema en crecimiento a un sistema en erosión, perdiendo la complejidad estructural que dispersa la energía de las olas y brinda refugio a numerosas especies de interés comercial.
IMPACTOS DEL PROYECTO DURANTE LA CONSTRUCCIÓN
El realizar maniobras de construcción potencialmente peligrosas (encallamiento, anclas, derrames, suspensión de sedimentos…) además de la incrementada presión representada puede generar impactos irreparables para un ecosistema tan complejo, tan vulnerable y tan importante para el Estado y la República.
El proceso de construcción seguramente va a ser muy similar al que se utilizó en Puerta Maya y Punta Langosta en el cual se disminuye enormemente el riesgo de dispersión de cemento al medio ya que el colado se hace directamente dentro de los pilotes previamente colocados en el fondo marino. La etapa de construcción es el menor de los problemas ya que no acarreará tan serios impactos como lo hará la operación.
IMPACTOS AMBIENTALES:
La granja de reproducción de corales y proyectos de Conservación de Arrecife que se encuentran en este área serán destruidos (Estatuas submarinas de cubos-pixel, plataformas de guarderías de coral, estructura ADN de ZoeCoralProyect que estimula el crecimiento coralino mediante electrodos y más proyectos que han sido desarrollados en la Zona).
En los ultimos años se han plantado y trabajado en restauración de mas de 400mil corales en coordinación de la CONANP con organizaciones ambientales y sociedad civil, todo este trabajo se vería absolutamente destruido por este proyecto.
Desde 2014 no existe un estudio de capacidad de carga que nos pueda demostrar la afectación real de los ecosistemas marinos y terrestres que soportan la llegada masiva de turismo.
En 2019 CAPA (Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Cozumel) ya no se dió abasto para proveer de agua potable a la creciente población de Cozumel. La operación de este proyecto se verá surtida con prioridad a la de la población. el incremento desmesurado del turismo masivo no solo requerirá del abastecimiento en grandes cantidades de agua potable (un recurso limitado en Cozumel) sino que generará cuantiosos desechos sólidos, así como aguas residuales las cuales.
O pueden ser tratadas por la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Municipal debido a que actualmente no tiene la capacidad ni siquiera para atender las aguas residuales generadas por la población local, menos aún para tratar las generadas por el turismo masivo. Cómo consecuencia del turismo masivo de cruceros, CAPA estima un aumento tanto en el consumo de agua potable como en la generación de aguas residuales del 20 al 30% con respecto al de la población local. (Información directa de los empleados de CAPA)
IMPACTOS ECONÓMICOS:
La riqueza no se distribuye. Mediante estrategias como las banderas de conveniencia, las navieras evaden el pago de impuestos y se amparan en legislaciones que les permiten generar empleos precarios. Cozumel, Quintana Roo, México, sirve de sujeto para el análisis de los aspectos negativos de esta actividad económica ya que es el destino de cruceros con mayores ganancias en la zona del Caribe, generando 14% de la derrama económica pero creando únicamente el 0.86% de los salarios, lo que permite plantear la posibilidad de la precariedad laboral de la zona. https://journals.openedition.org/etudescaribeennes/16562
La zona determinada para realizar el proyecto se encuentra fuera de la administración de API Quintana Roo por lo que podrá evadir todos los impuestos portuarios que se cobran en los demás muelles de atraco para cruceros. Existen suficientes posiciones de atraque para el número total de cruceros que arribaron a Cozumel previo a la pandemia y este número no se va a incrementar sino al contrario, disminuirá una vez que la pandemia esté llegando a su fin.
Además el número de empleos que se crearán simplemente reemplazará a los que existían en la terminal Punta Langosta ya que las actividades de atraque se mudarán al nuevo muelle, dejando a Punta Langosta como un elefante blanco, ya que no existen suficientes navieras ni barcos en el Mar Caribe que pueda justificar la presencia de 9 posiciones de atraque (7 existentes más las dos que se propone crear con el Cuarto Muelle) disponibles durante 365 días del año en Cozumel.
IMPACTOS SOCIALES:
La ubicación de la nueva terminal bloqueará la salida de rescate de la Base de Marina adyacente. Generación de tráfico, contaminación auditiva y visual. Es inconcebible el tráfico peatonal, ciclista y de taxis que se aunará a la operación de este muelle, ya que anteriormente el el bloqueo vehicular dentro de los horarios de atraco de los barcos congestionan por largos periodos de tiempo el flujo vehicular y ciclista desde la Marina Caleta hasta el Hotel Villablanca, haciendo largas filas de autos en las que incluso caminando se puede realizar el traslado más rápido.
El espacio entre la Base Marina y playa del Hotel Casa del Mar se verá ocupada, una vez más privatizando el espacio público de acceso a playa y mar para la población. Se perderá de manera permanente el acceso a una playa importante la cual es utilizada para realizar actividades deportivas acuáticas, turísticas, recreativas y de entrenamiento subacuático lo cual va en contra del Decreto Presidencial enfocada a evitar la privatización de las playas.
Sin embargo La familia Molina (dueña de los terrenos para la contrucción del proyecto) una vez más se verá beneficiada por sus conexiones políticas y poder económico de sus influencias (Mismos dueños de la marca Ultramar perteneciente al duopolio de transporte marítimo). Cozumel no necesita un 4to muelle, podría ampliar los muelles ya existentes pero la avaricia de las familias involucradas parece no tener precio.
Corresponde a la SEMARNAT y SCT velar por el derecho constitucional del artículo 4to: Toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar. La construcción de un cuarto muelle en la isla atenta directamente con este derecho fundamental de todos los cozumeleños y mexicanos.
La CONANP pronunció que no es de su competencia detener este ecocidio ya que la construcción del muelle no se encuentra dentro de los polígonos de ANP que circundan Cozumel. Sin embargo las ANP si se verán severamente afectadas por la instalación de esta innecesaria infraestructura ya que un cuarto muelle perturabara severamente el patrón de corrientes litorales así como las actividades acuaticas, náuticas y viales en detrimento de la comunidad local.
¿Por qué los arrecifes están en riesgo?
El arrecife Villa Blanca, parte del Arrecife Mesoamericano (el segundo más grande del mundo), es el corazón de esta controversia. Construir sobre este ecosistema podría dañar corales, hogar de 20 especies, incluidas dos en peligro de extinción. En 2018, el Síndrome Blanco ya mató el 50% de los corales en la región, y más construcciones podrían empeorar la situación.
Buceadores y pescadores locales dependen de estos arrecifes, que también protegen la isla de huracanes. Un estudio del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) advierte que el turismo masivo de cruceros contamina y degrada hábitats marinos sin regulaciones estrictas.
Más allá del medio ambiente, el cuarto muelle toca fibras sociales. La playa frente al proyecto es de las últimas públicas en la zona oeste, donde los cozumeleños nadan y conviven sin restricciones. Construir ahí significa quitarles acceso al mar.
En Cozumel, 4 de cada 10 habitantes viven en pobreza, y muchos dicen que los millones generados por los cruceros no llegan a los barrios. Los turistas consumen dentro de los barcos, dejando poco a los negocios locales. Colectivos como Cozumel Unido y Red de Guardianes del Arrecife han reunido casi 10,000 firmas contra el proyecto, exigiendo un turismo que beneficie a todos.
Pero las empresas prometen empleos y crecimiento, y algunos líderes, como María del Carmen Joaquín de Coparmex, piden diversificar el turismo más allá de los cruceros. La pelea está entre un modelo que prioriza el dinero y otro que defiende el equilibrio entre economía y naturaleza.
Lo cierto es que los arrecifes y las playas públicas están en riesgo, mientras las promesas de empleos tientan a algunos. Con 150,000 firmas y protestas, los cozumeleños demuestran que no se quedarán callados. Este debate nos recuerda que el turismo puede ser una bendición o una amenaza, dependiendo de cómo se gestione. Fuente Reporte Maya/Medios/Redes Sociales
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